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Ni Obama ni Romney fueron los mismos
El debate presidencial de ayer fue el cuento de cuatro candidatos: los dos hombres que estuvieron frente a frente en el escenario durante 90 minutos y los dos rivales que los estadounidenses han visto desde hace meses en la campaña electoral y en los comerciales de televisión.
El debate presidencial de ayer fue el cuento de cuatro candidatos: los dos hombres que estuvieron frente a frente en el escenario durante 90 minutos y los dos rivales que los estadounidenses han visto desde hace meses en la campaña electoral y en los comerciales de televisión. No hubo comparación alguna entre ellos.
Obama pudo haber perdido el debate de la misma manera que cualquiera de los titulares en los últimos tiempos. Ronald Reagan en 1984 y George W. Bush en el 2004 vienen a la mente. Ambos tuvieron malos momentos que les costaron el debate.
Obama no perdió porque tuvo momentos malos. Mitt Romney dictó el tono y ritmo de la noche, a veces, como candidato y moderador.
Obama se rezagó en los primeros minutos y nunca encontró su equilibrio. Careció de energía estilística y le faltó sustancialmente frescura. Sonó como en sus conferencias de prensa, por momentos discursivo y a menudo dando respuestas no pedidas.
Éste no era el Obama visto en los comerciales de campaña o en el la pelea del día a día con la campaña de Romney. Su equipo ha llevado a cabo una campaña extraordinariamente agresiva desde el momento en el Romney amarró la nominación republicana.
La campaña atacó a Romney por su trabajo en Bain Capital, por no liberar sus declaraciones de impuestos, por tener su dinero en cuentas bancarias en Suiza y en las Islas Caimán. Pero Obama no mencionó nada de esto.
Romney también parecía estar desconectado del candidato que estadounidenses han visto el último año. En la campaña electoral es torpe, cursi y poco firme.
Romney hizo lo que no pudo lograr en la Convención Nacional Republicana, que era dirigir el debate a los antecedentes de Obama al mismo tiempo que le daba a los espectadores una mejor idea de lo que haría para que la economía se moviera.
¿Pero quién era el Romney que los estadounidenses vieron el miércoles? Éste no era el candidato que inclinó a la ultraderecha para ganar el visto bueno del Partido Republicano. Éste fue el Mitt Romney moderado de Massachusetts, el artista de las respuestas con un plan para arreglar la economía.
