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Geopolítica

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Junta Militar birmana apresa a la líder opositora Suu Kyi

La premio Nobel de la Paz fue conducida a primeras horas del día y conducida por casi una veintena de policías a la cárcel de máxima seguridad de Insein.

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Bangkok, Tailandia.- La líder de la oposición birmana y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ingresó en prisión para ser juzgada por incumplir los términos el arresto domiciliario, después de la intrusión de un extranjero en su casa de Rangún, en la que ha estado confinada durante los últimos seis años.

Suu Kyi, de 63 años y quien atraviesa por un periodo de delicado estado de salud, fue conducida a primeras horas del día y custodiada por casi una veintena de policías a la cárcel de máxima seguridad de Insein, junto a las dos mujeres que la atienden desde que en 2003 la Junta Militar ordenó nuevamente su detención.

Las autoridades militares acusaron formalmente a Suu Kyi y a las otras dos personas de infringir la ley que "protege al Estado de la peligrosidad de los elementos subversivos", que es la aplicada para mantener cautiva a la líder de la Liga Nacional por la Democracia (LND), indicó el abogado y opositor Hla Myo Win.

El juicio de Suu Kyi, quien ya ha vivido en cautividad unos 13 años desde que en 1988 regresó a su país y tomó las riendas de la LND, está previsto que comience el próximo lunes en el interior del presidio, y que sea presidido por jueces castrenses.

La acusación

La acusación a Suu Kyi está relacionada con el misterioso caso de un ciudadano estadounidense que la pasada semana entró en la casa de la líder de la LND, tras burlar las medidas de seguridad y a los agentes que vigilan el perímetro de la vivienda durante 24 horas.

Kyi Wiy, abogado de Suu Kyi, calificó de "intruso" y "excéntrico" al estadounidense John William Yettaw, quien permanece detenido desde que el día 6 fue sorprendido por la Policía cuando regresaba a nado desde la vivienda de la Nobel de la Paz, situada en una de las orillas del lago Inya, tras pasar al menos una noche en su interior.

Un día después de la detención del estadounidense, la Policía arrestó al médico personal de Suu Kyi, a quien durante los últimos días trataba con sueros intravenosos por su dificultad para ingerir alimentos.

Un símbolo

Sin teléfono ni internet, con un precario estado de salud y las visitas controladas (incluidas las de sus dos hijos, a los que no ve desde hace casi una década), la menuda Suu Kyi es la piedra en el zapato del régimen militar y la figura más visible de la oposición, desde que en 1991 le fue concedido el premio Nobel de la Paz.

Hija del general Aung San, héroe de la independencia asesinado en 1947, Suu Kyi ha vivido cerca de 13 de los últimos 19 años bajo arresto domiciliario.

Nacida en 1945, residió durante la primera mitad de la década de los años sesenta en la India, donde su madre, Khin Kyi, ocupaba el cargo de embajadora.

En 1964, se mudó a Oxford (Reino Unido) para cursar estudios de Filosofía, Economía y Política; y allí conoció a su marido, Michael Aris, con el que tuvo dos hijos, Alexander (1973) y Kim (1977).

Tras un periodo de trabajo y estudios en Japón y en Bután, Suu Kyi decidió regresar a Birmania en 1988, con el fin de cuidar a su madre, anciana y enferma.

Pero la revuelta popular que vivía Birmania el verano de 1988 no la dejó indiferente y enseguida se vio envuelta en el movimiento pro democracia contra la dictadura militar.

El régimen respondió con la fuerza bruta a las protestas y más de 3.000 manifestantes murieron en las calles de Rangún, a golpes o por disparos.

Sin embargo, los militares no pudieron contener el ímpetu popular y en 1990 la Junta se vio obligada a convocar elecciones generales.

La Liga Nacional por la Democracia (LND) de Suu Kyi, quien por entonces cumplía su primer arresto domiciliario, ganó por amplia mayoría los comicios, cuyos resultados nunca han sido reconocidos por los dirigentes militares.

Su primera etapa de confinamiento concluyó seis años después pero el castigo le volvería a ser impuesto en septiembre de 2000, cuando desafió a los generales e intentó subir a un tren para viajar al norte del país.

Durante el segundo periodo de arresto, la Junta Militar le permitió reunirse de vez en cuando con miembros de su partido y escogidos diplomáticos como el entonces representante especial de Naciones Unidas para Birmania, Razali Ismail.

La tragedia golpeó la vida de Suu Kyi cuando en 1999 su marido falleció en Londres, víctima de un cáncer de próstata, sin haber podido viajar a Birmania para despedirse de su esposa, a la que no había visto en los últimos tres años.

El Gobierno militar negó el visado de entrada al moribundo marido de Suu Kyi, quien se resistió a viajar a la capital británica por temor a que las autoridades le impidiesen el acceso al país a su regreso.

La Junta Militar decidió cambiar de estrategia en octubre de 2000 e inició conversaciones con Suu Kyi, quien tiempo atrás había dicho: "Cuando me uní al movimiento democrático hice algunas promesas. Una de ellas es que no abandonaré hasta haber conseguido nuestro objetivo".

El 30 de mayo de 2003, fue privada de nuevo de la libertad, tras un sangriento episodio durante una gira que llevaba a cabo con otros destacados miembros de la LND por el norte del país: unos seguidores del régimen militar atacaron su caravana y los enfrentamientos murieron al unas setenta personas.

La última vez que Suu Kyi fue vista en público fue el 22 de septiembre de 2007, cuando salió hasta la puerta de su casa situada en la Avenida de la Universidad, en Rangún, para acompañar en sus rezos a los monjes budistas, que lideraron la última oleada de multitudinarias protestas contra el régimen.

Por su lucha pacífica en favor de la democracia, Suu Kyi ha recibido, además del Nobel de la Paz: el Sajarov del Parlamento Europeo (1990), el Rafto de Derechos Humanos (1990) y la Medalla de la Libertad que otorga el presidente de Estados Unidos (2000).

Vrag/doch

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