Lectura 4:00 min
La importancia de tener un presupuesto
La ventaja de tener un presupuesto bien hecho es que tendremos un control que nos ayudará a no gastar más de lo que ganamos.
Una vez terminada la etapa navideña y las correspondientes vacaciones, al revisar las cuentas que debía pagar empecé a envidiar mucho a las personas disciplinadas. Tenía la intención de gastar un monto determinado y sin darme cuenta terminé duplicándolo porque sólo consideré la tarifa de avión, el hotel y los gastos de comida. No puede ser que se me olvidaran las bebidas, botanas o mariscos en la alberca y las excursiones, ya que me gusta conocer el lugar a fondo. En fin, de gota en gota se llena el jarro.
Después de pagar las deudas, me hice el propósito de hacer un presupuesto para controlar mis gastos y poder reponer la parte del ahorro intocable que me gasté. Sin duda, la ventaja de tener un presupuesto bien hecho es controlarnos con el fin de no gastar más de lo que ganamos. Sólo así podremos ahorrar e incrementar nuestro patrimonio de forma gradual para lograr esas metas que nos planteamos.
Para empezar tenemos que identificar cuáles son nuestros ingresos y cuándo los recibimos. Es necesario considerar el sueldo que nos pagan, los bonos, aguinaldo, prima de antigüedad y cualquier otra prestación que recibamos, como vales de despensa o gasolina. Una vez identificado el dinero que tenemos, es conveniente dividir nuestros gastos en grandes rubros para no olvidar nada. A continuación les pongo algunos ejemplos.
Casa. Aquí debemos incluir la renta y la cuota de mantenimiento si vivimos en alguna privada o en un edificio. Si ustedes son los dueños del inmueble, las mensualidades del crédito hipotecario, el seguro de la casa, el predial y un estimado de lo que les cueste mantenerla, como pintura, plomero, jardín, etcétera. La recomendación que recibí es tratar de que estos gastos no excedan 30-40% de nuestro ingreso.
Transporte. Si somos dueños de un coche debemos contabilizar lo que gastamos en gasolina, taller, verificación, Tenencia y si tuvieran crédito, las mensualidades. No debemos olvidar los pagos del seguro.
Salud. ¿Cuánto gastamos en doctores, dentistas y medicinas? Podríamos sumar el seguro de vida, gastos médicos mayores o de incapacidad si los tenemos.
Gastos necesarios. Este rubro es muy amplio. Todos coincidimos en que el gas, luz, agua y alimentos son indispensables. El teléfono o celular entraría también en este rubro, así como los artículos de higiene personal y productos de limpieza. No debemos olvidar el gasto en cortes de pelo, tintes, ropa y colegiaturas.
Entretenimiento. No podemos vivir sólo trabajando. Las suscripciones a revistas, cine, teatro o museos, libros y nuestros hobbies se incluirían. El costo del club o gimnasio tampoco debemos olvidarlo.
Vacaciones. Son tan necesarias como el trabajo. Es importante presupuestar el gasto que se realizará en el año para no tener sorpresas y ajustarse al monto destinado.
No crean que aquí terminamos, aún nos falta el rubro más importante: el ahorro. Es recomendable que éste sea por lo menos 10% de nuestro ingreso, si es más... ¡mejor!
Una vez que tenemos el presupuesto hecho y cuantificada la cantidad de ahorro de largo plazo que tendremos, debemos iniciar una estrategia de inversión. Para lograr esto de forma óptima les recomiendo, sin duda alguna, los fondos de inversión. Mi dinero puede estar invertido en dólares, acciones o deuda de cualquier plazo y en cualquier país, obteniendo las ventajas que me ofrecen estos mercados, desde montos tan bajos como una acción. Suena bien, ¿no?
Debido a que el fondo reúne activos de muchos inversionistas obtengo un mayor poder de negociación. Esto nos permite tener acceso a mejores tasas, menores comisiones de compraventa y nos brinda la posibilidad de participar en instrumentos que sólo están disponibles para inversionistas con grandes capitales. Acuérdense que la unión hace la fuerza.
Me parece que estos argumentos son bastante convincentes, pero si no existe planeación será difícil que tengamos ahorro. Yo voy a contemplar el rubro de vacaciones dentro de mi presupuesto, incluyendo todos aquellos gastos que olvidé. No vaya a ser que después ya no pueda realizar esos viajes a la playa que me encantan. Eso sí sería una desgracia. ¿No creen?
*La autora es Directora de Comercialización y Diffusion Asset Management BBVA Bancomer.