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Disminuyen las brechas
Es muy aventurado asegurar que la tendencia de menos a más en el IPC anticipa una mejor condición futura permanente.
Una imagen vale más que mil palabras.
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De más a menos. Si un lector que no da seguimiento a la inversión bursátil observara el comportamiento acumulado entre distintos índices accionarios internacionales, se daría cuenta de que es muy parecido (cerca de 4%), por lo que podría asumir que su comportamiento anual hasta hoy también lo ha sido; sin embrago, no es así. Es de llamar la atención la manera en que el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) ha disminuido las brechas que su comportamiento observó a lo largo de este año en comparación con otros índices bursátiles, tras haber registrado diferencias en dólares de más de 15 puntos porcentuales frente al S&P de Estados Unidos (marzo pasado), de más de cinco puntos porcentuales con respecto al promedio de los mercados emergentes (MSCI Emerging) y algo similar respecto del índice BX+60 (índice que mide el comportamiento promedio de 60 emisoras bursátiles en el mercado asignando el mismo peso a cada una de ellas a diferencia del IPC en el que cuatro emisoras representan más de 40% de su comportamiento).
Sin coincidencias. Dicha similitud actual se explica por la reciente corrección (baja) de los índices S&P, emergentes y BX+60 en combinación con un mejor desempeño del IPC.
En el movimiento descrito, destaca la mayor incidencia negativa de eventos internacionales (mayor tensión geopolítica en Rusia-Ucrania y Franja de Gaza), a pesar de los buenos resultados corporativos que sucedieron en Estados Unidos (75% de las empresas reportó al segundo cuatrimestre crecimientos anuales mejores a los esperados de 10% en utilidad neta), frente a una acumulación de eventos más favorable de carácter local.
Moderado optimismo. Muy aventurado asegurar que la tendencia de menos a más en el IPC anticipa una mejor condición futura permanente; sin embargo, la acumulación de mejoras notas recientes (aprobación de leyes secundarias para reformas estructurales importantes como la de telecomunicaciones y energía, mayor gasto de gobierno, mejores resultados financieros corporativos al segundo cuatrimestre del 2014, etcétera) justifica un moderado optimismo.
Aunque septiembre y octubre son tradicionalmente meses complicados por el cierre de libros de fondos internacionales, se rumora que México podría obtener pronto una nueva mejor calificación en su condición crediticia y que la perspectiva de beneficios futuros por las reformas podrían ser anticipadas por los participantes en cuanto exista un poco más de información. Los meses de noviembre, diciembre y enero se caracterizan históricamente por ser de los mejores en rendimientos estacionales. Tampoco es casualidad, son los meses en que muchos inversionistas comienzan a reconformar portafolios con la mira para el próximo año.
El autor es director de Análisis y Estrategia Bursátil del Grupo Financiero BX+.
Lo puede seguir en su nueva cuenta de Twitter: @CPonceBustos.