Mina Fresnillo: Don dinero mueve montañas

Fresnillo, Zacatecas.- Dicen que hace 200 años, hombres españoles encontraron el suelo de Fresnillo tapizado de plata fundida bajo su fogata en la punta de su cero mordisqueado.

Dos centurias después, la mina del mismo nombre en este municipio al norte de Zacatecas es de las más importantes productoras de plata en México, a su vez el principal productor del mundo.

Un campo de golf en medio de la llanura amarilla te recibe con toda su verdura. Es de la mina , te dicen. En esta región donde el 56% de la población vive en pobreza pareciera que todo lo que crece sólo puede hacerlo con permiso de la mina, la de Fresnillo, esa que produjo 24.8 millones de onzas de plata en 2013 y aún le quedan al menos 25 años de vida útil.

Minera Fresnillo, dueña del complejo, hace el papel de dios poniéndole orden al caos. Pastos sanos donde hace dos años no caía una gota de lluvia; campos de futbol en un pueblo donde las balas y colgados van y vienen cuando los cárteles se disponen a pelear la plaza; cerros escupiendo oro y plata, ofendiendo a la carencia.

De 10 kilómetros de largo, la rampa San Alberto es una tripa en espiral que se abre camino a través de la roca zacatecana. Con cinco metros de ancho y cuatro de altura, los muros de piedra negra parecen que se mueven solos mientras los faros de la camioneta parten en dos a la oscuridad. La montaña te va comiendo y piensas en lo devaluada que está la luz solar en estos días.

Todo se mide en centenas o miles aquí abajo, a los 750 metros bajo la superficie, donde caben una sobre otra cuatro Torres Latinoamericanas enterradas, donde tan sólo una llanta de aquel camión cuesta 100,000 pesos, donde 1,700 almas de todas las esquinas del país están empleadas, donde se abren camino 300 kilómetros de pasillos tallados como venas negras.

El aire caliente se va haciendo espeso, el polvo hace cortina y te dicen que estás en la mina más segura de México y probablemente de las más modernas del mundo. Te calmas un poco pero no puedes dejar de pensar que en un par de horas van a hacer volar algún túnel buscando el principal tesoro: 250 gramos de plata por cada tonelada de tierra y roca movilizada, 250 gramos que en el mercado actual valen alrededor de 192,000 pesos.

Esperas ver, desde las paredes, destellos de los metales de la codicia salir como rayos, pero la roca encuerada no te enseña nada. La del minero es una profesión de paciencia y en Fresnillo se avanza cavando a razón de 15 metros diarios sumando todos sus frentes.

Le dices a Daniel Hernández, un ingeniero de minas que te acompaña y cuida, lo admirado que estás de que tan profundo exista algo así, tan grande, y te responde con todo el pragmatismo de un técnico: Don dinero mueve montañas … y te sigue llevando abajo.

erick.ramirez@eleconomista.mx

mfh