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Nuevo reglamento facilita la generación geotérmica
La Secretaría de Energía se mantiene como órgano rector de esta actividad, pero para otorgar títulos será necesario el visto bueno de la Conagua.

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La nueva legislación en torno a la generación de energía mediante geotermia -que es calor emanado del núcleo terrestre- endurece aspectos como incluir a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en la revisión de los nuevos proyectos y también aumenta el número de pozos exploratorios que se deben realizar en las áreas, a fin de que exista un mayor aprovechamiento de este recurso en el país.
En el nuevo Reglamento a la Ley de Geotermia, publicado el viernes pasado, se establece que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o cualquier empresa que quiera participar en la producción de energía geotérmica primero podrá solicitar un permiso de exploración en el territorio nacional, en superficies de hasta 150 kilómetros cuadrados con vigencias máximas de cuatro años y la posibilidad de una prórroga de la misma duración, cuando antes se otorgaba un año menos para estas dos posibilidades.
En materia de autorización, verificación del cumplimiento de compromisos y otros aspectos como la posible revocación y reasignación de los títulos, la Secretaría de Energía se mantiene como único rector de la geotermia en México.
Si tras el periodo de exploración se acredita potencial en un área, el permisionario podrá entonces pedir una concesión para explotar el recurso durante 30 años. También añade que será necesario un permiso de hasta 15 años de duración para usos diversos del mismo calor que emane de las actividades asignadas.
La reglamentación actual se endurece en comparación con la que se estableció en 2014 en lo que se refiere a los pozos, porque antes se ordenaba que tratándose de yacimientos hidrotermales se requerían al menos cinco pozos en toda el área de exploración (150 kilómetros cuadrados), lo que se puntualizó buscado incrementar las actividades de los inversionistas que ahora deberán perforar al menos un pozo exploratorio geotérmico por cada treinta kilómetros cuadrados permisionados.
“El Reglamento incorpora disposiciones sobre innovación tecnológica, colaboración público-privada, gestión del agua asociada a yacimientos, cesión y reasignación de derechos, inspección y sanciones administrativas”, explicó el despacho legal Holland & Knight, “también fortalece el papel de la Secretaría de Energía (Sener) como autoridad rectora, crea un registro cartográfico nacional de zonas con potencial geotérmico y establece lineamientos de seguridad, sostenibilidad y control, consolidando un marco legal integral para el desarrollo ordenado y sustentable de la geotermia en el país”.
En el nuevo marco legal destaca que se eliminan los procesos de licitación para los recursos nacionales y mediante adjudicaciones directas a quienes prueben contar con las capacidades técnicas y financieras se pueden otorgar tanto permisos como concesiones para aprovechar los recursos.
Si bien existen proyectos aislados de privados en geotermia en México: como la concesión que se otorgó apenas en septiembre pasado a Energías Alternas, Estudios y Proyectos, filial de Grupo Carso; o la concesión que detenta a la filial de Grupo Salinas, Geotérmica para el Desarrollo, para producir hasta 52 megawatts en San Pedro Lagunillas, Nayarit, la generación geotérmica recae en su mayoría en manos de la CFE.
Con una capacidad de 970 megawatts, la estatal eléctrica tiene cuatro plantas geotérmicas: Cerro Prieto, en Baja California, Los Azufres, en Michoacán, Los Humeros, Puebla y Las Tres Vírgenes, localizada en Baja California Sur. El Instituto de Energía Renovable de la UNAM, documenta que México es el sexto país poseedor de recursos geotérmicos, con potencial suficiente para duplicar la capacidad instalada actual de generación, que hoy aporta 2% de la producción nacional.

