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Industria cuestiona nueva licitación de espectro

Tras los cuestionados resultados de la licitación de espectro radioeléctrico del año 2021, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) conoció las posturas de las empresas AT&T y Telcel, respecto la elevada carga impositiva de mantener y explotar bandas en México.

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Foto EE: Archivo.

Tras los cuestionados resultados de la licitación de espectro radioeléctrico del año 2021, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) conoció las posturas de las empresas AT&T y Telcel, respecto la elevada carga impositiva de mantener y explotar bandas en México.

En enero, el IFT inició una consulta pública para que la industria desahogara sus comentarios y sugerencias de cara a una futura licitación de espectro en las bandas de frecuencia para acceso inalámbrico (IFT-12).

Los últimos días de marzo las dos operadoras, a través de la GSMA y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la información, coincidieron en la misma respuesta: el precio y la metodología de costos de este insumo es tan elevado que resulta prohibitivo para poder participar en ninguna subasta.

Con esto, el 21 de marzo los únicos potenciales clientes para el espectro dejaron entrever al IFT que si se abre una nueva licitación volverá a quedar desierta como ocurrió en la anterior de septiembre de 2021.

En aquel momento, ninguna empresa ofertó por un paquete de frecuencias que con su tamaño eran suficientes para que un nuevo operador comenzara a construir una red nacional.

Pero lejos de aumentar la cantidad de espectro asignado, México se ha convertido en el único país latinoamericano con devoluciones masivas de frecuencias y esto a causa de que Telefónica renunció a sus concesiones de espectro y AT&T también ha regresado bloques de frecuencias en dos ocasiones.

El espectro radioeléctrico es el recurso básico para las comunicaciones móviles de alta calidad.

¿Cuál es la razón para que en medio del aumento en el número de usuarios celulares y de los planes de despliegue de tecnología 5 G los dos únicos usuarios del espectro digan no? El inédito costo de los derechos de uso del espectro que no existe en ningún otro país del mundo.

El gobierno cobra dos veces por las frecuencias a los operadores: la primera vez como resultado de la puja de la subasta (como en casi todo el mundo) y la segunda con cargos anuales por derechos a lo largo de los siguientes veinte años.

“Si no hay reformas a la normatividad que regula el pago por tenencia espectral en México, además de la incertidumbre en la forma de calcular las contraprestaciones a la hora de la renovación de concesiones, el costo del espectro solo seguirá creciendo año con año limitando la capacidad e incentivos de los operadores para dar más servicios”, explicó en su respuesta a la consulta del IFT la GSMA, una organización global donde se reúne todo ecosistema móvil y cuya misión es lograr los mayores resultados personas, la industria y la sociedad a través de la conectividad.

Los pagos de derechos por uso del espectro se establecieron en la era de 2G para evitar que toda la recaudación de este bien público fuera aprovechada por el gobierno en curso. Sin embargo, a medida que el portafolio de los operadores crecía para hacer frente a nueves tecnologías y la Secretaría de Hacienda realizaba los respectivos ajustes inflacionarios al costo de los derechos los precios de la telefonía y la banda ancha móvil se reducían hasta en 40% poniendo en jaque la viabilidad de esta industria, en particular de los operadores de menor tamaño.

En nuestro país, según mediciones de la GSMA, las tasas anuales que pagan América Móvil y AT&T México por el uso del espectro alcanza al 85% del valor total de la concesión cuando el promedio en el resto de los países de Latinoamérica es de 20 por ciento. El costo del espectro mexicano duplica al de Estados Unidos o Alemania.

De acuerdo con lo expresado por la Canieti, la falta de competencia y alta concentración en el sector también desincentiva la oportunidad de colocar espectro en el mercado, ya que se mantiene desde hace diez años como jugador preponderante a América Móvil, con 70% del mercado.

México, un espectro aparte

Mientras el gobierno no toca los derechos de uso de espectro, la única alternativa que tienen las operadoras para mantener la viabilidad del negocio es usar menos volumen de su insumo más caro, es decir, prefieren devolver bloques del espectro que tienen en uso.

Así lo hizo en 2020 Telefónica, cuando comenzó a devolver al estado mexicano sus derechos de uso de espectro hasta quedar en ceros. Inicialmente contó con 100 Megahertz (MHz). Hoy la empresa española utiliza la red de AT&T México.

La empresa estadounidense también se ha visto forzada a optimizar su portafolio y ha tenido que renunciar a dicho insumo: en 2019 devolvió parte de lo que tenía asignado en la banda de 800 MHz, en las regiones celulares 5 a 9 del país y, en enero de este año devolvió otra porción asignada en la banda de 850 MHz.

En los altos precios del espectro y la alta concentración del mercado, hay un factor extra que juega en contra de la posibilidad de que los operadores de telefonía móvil se presenten a la licitación por más espectro: Altán Redes. Esta empresa entró en julio de 2021 a concurso mercantil y recibió préstamos por 388.1 millones de dólares.

¿Qué pasaría si bajara el precio?

Todos los operadores de telecomunicaciones han coincidido en la recomendación (recurrente, por cierto) al IFT: es fundamental reducir el costo de los mismos en todas las bandas.

Países como Brasil y Perú están pensando alternativas “fuera de la caja” para promover la adopción tecnológica e incrementar sus niveles de cobertura y acceso a banda ancha móvil: reducen significativamente el costo de las frecuencias a cambio de mayores obligaciones de cobertura de estos servicios.

“Si el costo del espectro estuviera alineado con el promedio de Latinoamérica, al menos 5 millones de mexicanos adicionales tendrían cobertura 4G. El problema que estamos viendo en México es que las autoridades ven con fines recaudatorios al espectro radioeléctrico y no como una herramienta para la inclusión digital”, dijo hace unos meses en un foro de la industria John Giusti, director de Asuntos Regulatorios de la GSMA.

Otro beneficio de un costo alineado con el resto de los países de la región es la posibilidad de aumentar la velocidad de descarga de datos en un 30 por ciento. Además, si los costos fijos del uso del espectro bajan, esto abre la puerta a mayor competencia que como resultado genera que el precio para los usuarios finales disminuya.

Con un costo de los cánones de espectro cercano al de nuestro vecino y principal socio comercial, como es Estados Unidos, aumenta la necesidad de este recurso para un mayor despliegue de la tecnología 5G. Según cálculos de GSMA, el impacto del aumento de 5G equivale en Latinoamérica a 41,000 millones de dólares, es decir un 0.5% extra del PIB de la región.

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