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México cierra brecha en capital semilla: OCDE
Según el organismo internacional, la creación del Inadem en el 2013 permitió la introducción de capital semilla en el país
En contraste con Colombia, Perú y Chile, México es el país que mayor impulso financiero, en etapas tempranas, ofrece a las startups. En los últimos cuatro años, la nación azteca ha cerrado la brecha de financiamiento en este periodo gracias a la introducción de capital semilla, según revela el estudio “Startup América Latina 2016: Construyendo un futuro innovador”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y presentado en el marco de la Semana Nacional del Emprendedor.
“La falta de recursos es una debilidad que identificamos en 2013 y que México superó gracias a la creación del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem)”, mencionó Annalisa Primi, jefa de la Unidad de Políticas Estructurales y de la Innovación del Centro de Desarrollo de la OCDE.
Sin embargo, nuestro país todavía tiene una debilidad en este tema y es que no existe financiamiento dirigido a la escalabilidad de los proyectos emprendedores, problemática que se replica en toda América Latina.
Los inversionistas de la región siguen siendo conservadores; no tienen una visión productiva”, agregó.
Annalisa Primi indicó que México quiere posicionarse como el primer lugar para emprender e innovar en la región, pero este objetivo sólo podrá conseguirlo si se compromete a modificar las políticas públicas nacionales y facilitar el acceso de emprendedores a entidades bancarias e inversionistas privados.
“Por ahora, Junto a la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap), estamos creando un grupo de actores con conciencia que buscan propiciar la creación de estrategias que conjunten a jóvenes que quieren emprender, con inversionistas dispuestos a apoyarlos”, expresó jefa de la Unidad de Políticas Estructurales y de la Innovación del Centro de Desarrollo de la OCDE.
¿Cómo está la región?
En cuanto a los otros países de América Latina, que en conjunto conforman la Alianza del Pacífico, el documento revela que Chile todavía no puede cerrar la brecha de financiamiento en etapas tempranas, aunque es una nación que pasó “de una lógica piloto en los programas de fomento a las startups a disponer de una política estructurada en el marco de la estrategia nacional de transformación productiva”.
Colombia, por su parte, empieza a movilizar los recursos monetarios entre las distintas etapas de emprendimiento a través de bancos e instituciones financieras privadas. Mientras que Perú se amplía y ofrece capital semilla y fomento a la creación de redes de inversionistas ángeles, además “aspira a fomentar el financiamiento de riesgo y la inclusión financiera de las empresas en reciente creación”.
Sinergia en la Alianza del Pacífico
Con el objetivo de fomentar la creación de startups en los países de la Alianza del Pacífico, se implementa el Fondo de Capital Emprendedor, instrumento de inversión que tendrá recursos de hasta 80 millones de dólares para financiera los proyectos emprendedores de México, Colombia, Perú y Chile.
El fondo es un mandato presidencial que se dio en junio del 2015, en el que participan como accionistas el Fondo Multilateral de Inversión (Fomin) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, explicó Liliana Reyes, directora de Capital Emprendedor del Inadem, entidad gubernamental que, en una primera etapa, aportó 200 millones de pesos.
La funcionaria agregó que Colombia aportó 10 millones de dólares, y por el momento todavía no se concreta la intervención monetaria de Chile y Perú.
Por el momento, el fondo se encuentra en una etapa de due diligence, es decir, bajo análisis de Angel Ventures, firma mexicana que ganó la licitación regional para la administración de esta herramienta de inversión.
“Esperamos concluir este proceso en lo que resta del año para que el fondo comience a operar el primer semestre del 2017”, complementó la directiva del Inadem, quien concluyó al decir que el fondo estará dirigido a empresas innovadoras en etapa temprana, pero con soluciones que puedan replicarse en cualquiera de los países de la Alianza del Pacífico.