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Un triunfo para la reflexión

Tres puntos que sirven mucho para la estadística y las opciones de calificar a la liguilla, pero la forma de jugar es el problema.

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Pumas ganó y el público apenas se inmutó; festejó el par de goles, pidió la salida de Mario Carrillo a medio tiempo y utilizó dos sistemas de juego para encontrar soluciones en la cancha, pero además, contaron con la mala decisión del portero de Puebla para abrir el camino del triunfo.

Pumas ganó 2-1 a Puebla, un triunfo poco convincente en las formas y muy útil para pensar en Liguilla. El equipo de Mario Carrillo ganó porque Puebla no se creyó lo suficientemente mejor que su rival para liquidarlo. En el primer tiempo el equipo de Guzmán produjo al menos cuatro opciones de gol, dos de ellas bien resueltas por el portero Alejandro Palacios, quien evitó la caída del arco.

Carrillo inició con una formación de 4-2-2-2, muy cargado el juego al lado derecho pero produciendo más en el izquierdo con Martín Bravo, quien generó en el primer lapso la mayor cantidad de desbordes pese a que en la banda contraria había al menos tres hombres más para atacar.

Pero de a poco el conjunto de Daniel Guzmán tomó valor y recorrió líneas, lo que le permitió hacer daño a la zaga de la Universidad, mas no aprovechó.

Para antes de terminar el primer tiempo, Carrillo modificó: ingresó a Orrantia por García para hacer más ofensivo al equipo y cambió a 3-5-2. Para la segunda mitad, Mario decidió que Emanuel Villa no le sería útil en este partido e hizo ingresar a Eduardo Herrera.

Pumas atacaba ya para ese entonces con Javier Cortés, Martín Bravo, Eduardo Herrera, Emilio Orrantia y Alfonso Nieto, aunque muy poco productivo.

Sin embargo, llegó el error del portero de Puebla Alexandro Álvarez, quien tomó la mala decisión de ir casi a las afueras del área a cortar un servicio contra Eduardo Herrera, el más alto del equipo contrario, chocó y el balón salió disparado sin control para llegar a los pies de Bravo, quien abrió el marcador. El delantero puma mide 1.88 metros, el portero poblano 1.83 metros, ¿por qué decidió excursionar en una batalla perdida?

Si así Puebla no se creía que era capaz de ganar, con el gol perdió todo tipo de autoestima. Fue de las pocas veces que se le vio a Javier Cortés realizar un par de desbordes (de cada cinco balones disputados perdía cuatro). Ya es decir que un jugador al que se le mira trotar, resbalarse, tomar la peor decisión en la cancha, toma brillo, sí que hay un problema.

Luego llegó el segundo tanto al 65. Bravo disparó fuera del área y el balón, tras el rebote, cayó a los pies de Herrera quien liquidó a Álvarez. Puebla quiso tomar un poco de valor tras la anotación de Alustiza.

Un partido muy útil para las estadísticas y que sabe a poco para la tribuna, que entendió que el partido se definió tuvo su dosis de suerte.

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