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Bistronomie

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Buffet de mariscos: Cómo el empresario Hermes Ponce creó un imperio cobrando 199 pesos

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Con un buffet de mariscos a $199, Hermes Ponce encontró en la clase media y baja un mercado olvidado. Hoy opera tres sucursales en el Estado de México y planea expandirse a más ciudades.

Diego López

En un país donde cada semana abren restaurantes que buscan impresionar con conceptos sofisticados, menús de autor y la ambición de alcanzar estrellas Michelin, gran parte de la oferta gastronómica se concentra en un público reducido: foodies y consumidores con alto poder adquisitivo. Sin embargo, este panorama ha dejado en segundo plano a un México mucho más amplio: millones de familias de clase media y media-baja que también desean salir a comer, convivir y sentirse atendidas. En ese espacio —prácticamente olvidado por la mayoría de restauranteros— es donde Hermes Ponce encontró la oportunidad de negocio que lo convirtió en un empresario de éxito.

“Lo que la gente quiere es comer lo mismo que en el tianguis, pero sentados, bien atendidos y a un precio justo”, resume el restaurantero. Con esa idea nació la Marisquería Real, un buffet de mariscos a 199 pesos que hoy suma 3 sucursales en Ecatepec y Tecámac, y que en apenas un año se consolidó como un refugio para familias enteras que buscan calidad sin gastar de más.

La oportunidad en lo olvidado

Hermes no lo oculta: estaba a punto de quebrar con un negocio que no despegaba. Tenía toneladas de marisco en bodega y pensó en venderlo en formato buffet, casi como último recurso. Pero lo que parecía un cierre inminente se transformó en el hallazgo de un mercado desatendido.

“Me di cuenta de que había miles de familias que no podían ir a un restaurante de mariscos porque una cuenta podía costarles 5,000 o 10,000 pesos. Apostamos por ellos: por la clase media y baja que, con 500 pesos, puede salir un sábado o domingo a comer rico con su familia”.

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Marisquería del RealCortesía

Ese segmento, olvidado por los grandes restauranteros, encontró en Marisquería Real un espacio donde se les recibe como en un restaurante formal, pero a un precio alcanzable.

Menú abundante, precio justo

El proyecto arrancó con 23 platillos y hoy ofrece 46 opciones, desde el camarón al coco y el aguachile hasta un caldo de camarón que nunca falla. La clave, dice Ponce, ha sido la abundancia controlada: los clientes no se atiborran, disfrutan dos o tres tiempos bien servidos y eso permite sostener la calidad y el precio.

El formato es eminentemente familiar, con un plus que refuerza la accesibilidad: los niños menores de 6 años no pagan, y los cumpleañeros reciben cortesías especiales.

Marisquerías en zonas populares

Hoy, Hermes Ponce opera 3 sucursales que reflejan la misma apuesta por la cercanía con la gente. La Marisquería Real, en Ecatepec, se ha convertido incluso en un punto de paso obligado para los turistas que visitan las pirámides de Teotihuacán; El Marisquería Héroes, en Tecámac, atiende a una de las zonas más pobladas del Estado de México; y la Marisquería Cerro Gordo refuerza ese mismo concepto al acercarse a comunidades trabajadoras y familias que buscan un fin de semana accesible. En todas, la filosofía se mantiene intacta: mariscos de calidad, música en vivo y servicio de restaurante, pero con precios que no excluyen a nadie.

En tiempos donde la mayoría de los restaurantes sube precios por el encarecimiento de insumos, Ponce afirma que mantendrá el buffet en $199 todo 2025, y probablemente hasta 2027.

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Marisquería del Real - EcatepecCortesía

“No se trata solo de negocio, sino de compromiso con quienes han hecho fuerte este proyecto. Nuestra clientela es gente trabajadora, que quiere salir, comer bien y sentirse atendida sin que se convierta en un lujo inalcanzable”.

Expansión con el mismo espíritu

El éxito en el Estado de México ya prepara terreno para crecer a Pachuca y Toluca, con miras a replicar el modelo en otras ciudades. La fórmula es clara: no competir en el terreno de lo exclusivo, sino en el de la inclusión gastronómica, ese que da cabida a las mayorías que habían quedado fuera del mapa de los restaurantes.

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Marisquería del RealCortesía.

La receta del clavo

La historia de Hermes Ponce no es solo la de un empresario que salvó su negocio, sino la de alguien que entendió a la mayoría. Supo voltear a ver a la clase media y media-baja, ofrecer mariscos de calidad a un precio justo y ubicar sus marisquerías en zonas populares y de paso turístico. Con ello hizo posible que miles de familias pudieran vivir la experiencia de comer fuera sin que se convirtiera en un lujo inalcanzable. “Los mexicanos saben comer, pero también saben gastar. Quieren calidad, quieren sentirse atendidos y quieren hacerlo sin romper el bolsillo. A ellos nos dirigimos, y en ellos está nuestro futuro”, sentencia Ponce.

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