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Bistronomie

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Ni una copa diaria: EU alcanza el nivel más bajo de consumo de alcohol en 90 años

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El consumo de alcohol en Estados Unidos cayó a 54%, la cifra más baja en casi un siglo. Cada vez más personas creen que incluso beber moderadamente daña la salud, un debate que resuena en países con sólidas tradiciones de consumo.

Miriam Lira

Estados Unidos atraviesa un momento que puede marcar un antes y un después en la relación con el alcohol. Según la última encuesta de Gallup, apenas 54% de los adultos afirma beber, la proporción más baja desde 1939, cuando comenzaron a medirse estos hábitos. Entre 1997 y 2023, la cifra se mantenía estable, superando el 60%. Hoy, el desplome revela un cambio de mentalidad que no se había visto en décadas.

Este giro no ocurre de manera aislada: la percepción de que incluso beber moderadamente puede ser dañino se convirtió en mayoría por primera vez en la historia de esta encuesta. El dato resulta tan contundente que abre una discusión que rebasa fronteras. Porque si en el país donde la cerveza y el vino han acompañado la sobremesa durante generaciones se comienza a replantear su papel, el eco alcanza inevitablemente a otras culturas donde las bebidas alcohólicas también tienen un lugar central en la vida cotidiana.

La salud, en el centro del debate

La encuesta revela que 53% de los estadounidenses cree que tomar una o dos copas al día es malo para la salud, mientras que apenas un 6% considera lo contrario. El contraste con 2018 es brutal: en aquel año, solo 28% compartía esta preocupación.

El cambio de percepción se explica en gran medida por la presión de la ciencia, que en los últimos años ha cuestionado la idea del “consumo responsable” como saludable. Los jóvenes son quienes más han interiorizado este mensaje: dos de cada tres lo creen nocivo. También las mujeres muestran una postura más crítica que los hombres (60% frente a 47%). La brecha ideológica es visible: demócratas e independientes comparten más esta visión que los republicanos.

Estos matices, aunque propios de la sociedad estadounidense, sirven como espejo. Las tensiones generacionales y de género que refleja la encuesta son preguntas abiertas que resuenan más allá del contexto del norte.

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Dejar de tomarFreepik

Beber menos, beber distinto

El dato no es solo cuántos beben, sino cómo lo hacen. Entre quienes aún consumen alcohol, los hábitos se han modificado drásticamente: solo 24% de los bebedores había tomado una copa en las últimas 24 horas, y 40% declaró que había pasado más de una semana sin beber, la cifra más alta desde el año 2000.

La media semanal se desplomó a 2.8 copas, el registro más bajo desde 1996. En 2003, por ejemplo, la media alcanzaba 5.1. En menos de dos décadas, la intensidad y frecuencia del consumo se han reducido de manera clara.

En cuanto a preferencias, la cerveza sigue siendo la bebida más popular, aunque con una marcada diferencia de género: los hombres la eligen en un 52%, mientras que las mujeres prefieren el vino en 44%. El licor se mantiene estable y sin grandes diferencias entre sexos. La radiografía es precisa: beben menos, beben con menos frecuencia y lo hacen de manera distinta según la edad y el género.

¿Fin del mito del “vino saludable”?

Durante décadas, el vino tinto cargó con la reputación de ser el “aliado del corazón”. Una copa al día se convirtió en símbolo de equilibrio y placer sin culpa. Sin embargo, la evidencia médica acumulada en los últimos años ha desmantelado esa narrativa: ningún nivel de consumo es completamente seguro.

Los jóvenes estadounidenses parecen haber interiorizado esta idea antes que los adultos mayores, pero el viraje ya no distingue edades: la creencia de que incluso una copa diaria es dañina avanza en todos los grupos. Y, aunque la encuesta se limita a medir percepciones en Estados Unidos, el golpe cultural se siente en cualquier mesa donde el brindis se considera tradición.

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Tipos de vinosFreepik

El futuro del alcohol

Después de tres años consecutivos de descenso, Gallup registra un cambio que podría tener un impacto de largo plazo. La comparación con el tabaco en los años sesenta no es descabellada: bastó un aviso del cirujano general para iniciar un declive imparable en el consumo de cigarrillos.

Hoy, el alcohol enfrenta una encrucijada parecida. Si los médicos, autoridades sanitarias y medios continúan reforzando el mensaje de que “ninguna cantidad es segura”, el descenso podría consolidarse. Para la industria, el reto no es menor: ya no se trata solo de vender menos, sino de lidiar con consumidores más conscientes, con jóvenes que rechazan los discursos heredados.

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¿Dejar de tomar?Freepik

La gran pregunta es si este cambio permanecerá como un fenómeno temporal o si terminará por salpicar a otros países donde el tequila, la cerveza o el vino son parte de la identidad cultural. 

Miriam Lira

Periodista gastronómica. Ha colaborado en medios como Reforma, Uno Tv, Revista Fortuna, Contralínea, El Universal, Food and Travel y El Heraldo de México, en donde fundó en 2017 Gastrolab, ganador de Mejor Medio de Comunicación gastronómica en 2023 por Vatel Club México. Ganadora de la beca Women Deliver 2019.

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