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Si un niño refiere dolor persistente e inflamación “hay que escucharlo”

Si un niño en forma constante empieza a referir dolor, aumento de la temperatura local, empieza a cojear, caminar mal, a tener una posición de protección no utilizando brazos muñecas u hombros y percibimos un dolor persistente, es tiempo de acudir al médico, específicamente al reumatólogo pediatra.  

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Foto: Shutterstock

“Hay mucho desconocimiento, la gente no piensa que la artritis deformante, autoinmune o autodestructiva también afecta a los niños”, explica el doctor Enrique Faugier, reumatólogo pediatra. En este sector recibe el nombre de artritis idiopática juvenil (en adultos denominada artritis reumatoide) y es catalogada cuando el paciente es menor de 16 años y tiene inflamación de las articulaciones en forma persistente por más de 6 semanas.

Si un niño en forma constante empieza a referir dolor, aumento de la temperatura local, empieza a cojear, caminar mal, a tener una posición de protección no utilizando brazos muñecas u hombros y percibimos un dolor persistente, es tiempo de acudir al médico, específicamente al reumatólogo pediatra.

El doctor Faugier platica que la artritis puede ser por varias causas. Golpes (artritis postraumática), infección dentro de la articulación (artritis séptica), relacionada a infecciones (artritis reactiva), después de una infección (artritis postinfecciosa), por eso es muy importante complementar el diagnóstico para eliminar cualquier otra causa que en los niños genere una discapacidad articular, descartado lo anterior, podemos tener un diagnóstico certero.

¿Cómo funciona la artritis en los menores?

La artritis idiopática juvenil es de origen autoinmune. Esto significa que el sistema de defensas, conocido como sistema inmunológico, que tenemos en nuestro organismo para defendernos de infecciones, y distingue lo propio de lo extraño; sufre una desorganización y nos autoagrede, autodestruye. En este caso, hace una autodestrucción selectiva de las articulaciones. Provocando en nuestro organismo, por una reacción autoinmune, inflamación autodestructiva articular.

El no conocer la causa de esta autodestrucción, se le denomina “idiopática”. No se hereda, no se contagia y es más frecuente en niñas. En resumen, es el efecto autodestructivo en articulaciones en un niño genéticamente susceptible bajo influencia de diferentes factores.

Un diagnóstico temprano hace la diferencia

Con relación a esta enfermedad, el especialista explica que no existe una sola prueba de laboratorio (muestra de sangre, radiografía, o resonancia) que otorgue un diagnóstico, la única forma es que los padres documenten la condición del niño y que un doctor determine con un diagnóstico clínico.

Pero se tienen guías muy certeras al respecto, por ejemplo, se sabe que el mayor número de casos se da entre menores de 2 y 4 años, “esto se vuelve relevante porque significa que el paciente tiene toda su etapa de niñez, adolescencia y juventud por delante y entre más rápido se detecte la enfermedad y llegue a las manos indicadas (reumatólogos pediatras) para obtener el tratamiento adecuado, el niño puede ser totalmente funcional e incorporado a las actividades de acuerdo con su edad, esta enfermedad no debiera ser una limitante”.

Dijo que con el tratamiento adecuado y si hay apego al mismo, al paciente le va muy bien, pues se detiene el proceso inflamatorio deformante e incapacitante, “es la diferencia de vivir con muchas limitaciones, desde una situación personal hasta social” porque el niño con dolor articular no duerme bien, no se concentra en la escuela y se aísla por dolor.

¿Existe tratamiento?

El doctor Faugier explica que el tratamiento para esta enfermedad podría confundirse con el tratamiento de quimioterapia por lo que algunos padres son renuentes al mismo. Por ello asegura que es muy importante aclarar todas las dudas alrededor de esto y no perder tiempo para controlar y detener el proceso de la enfermedad.

“Los medicamentos están consensuados internacionalmente y vienen explicados en textos con todos los idiomas de los países que los tienen, además hay videos validados por organismos colegiados explicando la enfermedad. Hay varias estrategias para que los papás no tengan dudas y si las tienen, también como médicos tenemos que estar dispuestos a escucharlos y disipar cualquier duda por el bien del paciente”.

El tratamiento se da de acuerdo con el número de articulaciones inflamadas y se hace un esquema, la piedra angular en términos de fármacos es el metotrexato, que puede ayudarse con una serie de medicamentos. “El objetivo es el control y la remisión de la enfermedad. Todos los pacientes reciben el mismo tratamiento, el punto que hace la diferencia es el tiempo”.

Aclaró que la mayoría de las instituciones públicas de salud tienen reumatólogos pediatras en su tercer nivel de atención, el punto es el primer punto de contacto, que de acuerdo con el especialista, están en constante capacitación para poder detectar un problema de este tipo y canalizar los casos. El sistema público también cuenta con los medicamentos.

Artritis reumatoide

Según cálculos de la OMS, la artritis reumatoide afecta entre el 1 y 1.5 % de la población mundial; además en Latinoamérica, cifras de la Organización Panamericana de la Salud, indican que hay 34 millones de personas con discapacidad permanente y 140 millones con discapacidad temporal a causa de las enfermedades reumáticas.

Existen más de 100 tipos de artritis y enfermedades asociadas., entre las más comunes están la artritis reumatoide, espondiloartritis y la artritis psoriásica; la de mayor impacto es la artritis reumatoide en los niños denominada artritis idiopática juvenil.

rrg

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