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Arte e Ideas

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Llega a la ciudad el espectáculo de verano El Mago de Oz Drive In

Un espectáculo multiescenarios desde la comodidad y seguridad de tu automóvil.

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Las condiciones del país por la pandemia de coronavirus todavía son inciertas, no tenemos claro qué va a pasar, si el semáforo epidemiológico nos va a permitir salir, si pasa de verde a amarillo. Aún seguimos cambiando y esto para la industria del entretenimiento ha implicado un gran reto, pero sobre todo, ha generado un ambiente donde los niños han pasado un año y medio de pocas experiencias distintas a pasar la oferta de posibilidades en sus hogares.

Por ello, El Mago de Oz Drive In llega a la Ciudad de México para que de forma segura los niños puedan salir de la rutina y vivir un espectáculo de luz y color. Rodrigo Renovales Madrid, creador y productor del show platica a El Economista que al hacer La Fábrica de Santa en el invierno, supieron que la gente necesitaba de esto. “Gustó muchísimo, incluso lo vamos a repetir, pero para el verano los papás estaban pidiendo algo, ya que los niños siguen en las casas y no los quieren exponer a un lugar concurrido”, comparte.

Gracias a esto pensaron que el mismo concepto de la Fábrica podría aplicarse para un cuento como El Mago de Oz, “que además tiene un mensaje muy bonito porque trabaja la empatía. Todos tenemos un cerebro, un corazón y todos tenemos el valor para ser y hacer lo que queramos en la vida”.

Adaptación de la obra musical

En esta puesta en escena tan particular, Dorothy, una pequeña sueña con viajar más allá del arcoíris, su deseo se cumple cuando un tornado la transporta con su perrito al Mundo de Oz. Ella vivirá muchas aventuras para lograr regresar a casa, pero no lo hará sola, en su viaje conoce personajes muy especiales que le ayudarán en su travesía.

Este cuento adaptado para la pandemia fue dividido en cinco carpas de 20 metros de largo por 15 metros de ancho, con diversas escenografías y escenarios centrales donde pasan coches del lado derecho e izquierdo, por lo que siempre se estará en primera fila.

En este viaje se visita la casa de Dorothy, luego el Mundo de Oz. El tercer escenario está dedicado a conocer a todos los personajes, en el cuarto los niños ayudarán a Dorothy a acabar con la bruja mala, para que pueda volver a su casa. Por último, llegan al Castillo de Oz, que después se transforma nuevamente en la casa de la pequeña Dorothy.

Rodrigo Renovales asegura que este espectáculo es un reto y le encantaría hacer muchos más, pero no es fácil. Al tener varias carpas se requiere de 70 actores para los cinco espacios, además solo entran seis vehículos por carpa, por lo que se tiene que repetir muchas veces la escena. Todos los días el equipo de actores repite de 70 a 80 funciones. Además se requiere de cinco juegos completos de luces, cinco ingenieros de audio y ambientación para cada carpa, a diferencia del escenario tradicional, donde la obra se hace una vez y la ven muchas personas.

El productor de la obra concluye que el entretenimiento en general no necesariamente es la medicina, pero sí es el ánimo que le falta a la gente para despejarse un poco la cabeza, reírse un rato, disfrutar, refrescarse y volver a la vida cotidiana, pero con ánimos renovados, sobre todo porque la pandemia está lejos de terminar.

nelly.toche@eleconomista.mx

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