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H3A, jazz al estilo barroco
H3A, proyecto en el que Horacio Franco, quien toca flautas barrocas o de pico, hace música con tres de los más prestigiosos jazzistas mexicanos: el pianista Abraham Barrera, el contrabajista Aarón Cruz y el baterista Adrián Barrera.

Decir que la música es el lenguaje universal es reiterativo hasta para un lugar común, pero no es en vano que de la música provenga la mejor palabra de nuestro vocabulario para hacer referencia a la convivencia pacífica, amable y productiva.
Y es que la armonía puede ocurrir y la música sonar bien aunque esté formada por elementos de los orígenes más dispares y parezca que no tienen forma de concordar.
Ejemplo de ello es H3A, proyecto en el que Horacio Franco, quien toca flautas barrocas o de pico, hace música con tres de los más prestigiosos jazzistas mexicanos: el pianista Abraham Barrera, el contrabajista Aarón Cruz y el baterista Adrián Barrera.
H3A es, por un lado, un disco y, por otro, una serie de conciertos, de los cuales, uno tendrá lugar esta noche en el Lunario del Auditorio Nacional.
Pero, en contra de lo que normalmente se cree, la armonía no sólo es una sucesión de consonancias, de cosas que suenan bien juntas (y cuando lo es, resulta aburridísima). Es más bien una narrativa en la que se van resolviendo disonancias. De manera acorde, hacer música implica ir resolviendo conflictos.
El inicio del proyecto se dio en una conversación entre Adrián y Horacio, cuando este último propuso que hicieran algo de jazz.
Adrián, aunque compone, pensó que Abraham sería el compositor ideal para el proyecto, en el que se tocan sólo piezas nuevas, nada de estándares de jazz y menos de la música barroca. Y los tres pensaron que el contrabajista no podía ser otro que Aarón. Hasta ahí todos de acuerdo.
Un conflicto surgió cuando Horacio Franco expresó su convencimiento de que las sonoridades de las flautas barrocas y el piano nomás no se llevan bien. Entonces le propuse a Abraham que tocara el clavecín, aquí tengo uno en mi casa, y él accedió .
Al principio no estuve muy de acuerdo comenta Abraham-, pero lo probamos y sonó muy bien .
Así, las piezas tienen una combinación de ambos teclados y sí hay ocasiones en que la flauta y el piano conviven, y lo hacen armoniosamente.
Otro conflicto viene de mucho antes, partiendo del hecho de que la flauta de pico tiene muy poco repertorio, apenas un puñado de compositores del barroco.
Pero la resolución que le dio Horacio ha resultado muy productiva. Es por eso que me la he pasado tratando de ampliar el repertorio, con proyectos como de Bach a los Beatles . De hecho, comenta que no es la primera vez que jazzea o improvisa, me he echado bastantes palomazos , pero ésta es la primera vez en que dedica todo un disco a ello.
Por último, los tres jazzistas están de acuerdo no sólo en que siempre les ha gustado la música barroca (referencia que con la flauta y el clavecín es inevitable), sino en que ésta y la música clásica en general son la base de su educación.
Incluso, Abraham comenta que intentó componer las piezas del proyecto retomando estilos como el barroco, pero también como el renacentista, el impresionismo a la Debussy y otros de la música culta.
Qué va, los tres están haciendo jazz , dice Horacio en disonancia.
Pero la resolución de ese conflicto (¿qué están tocando estos cuatro?) no le corresponde a este comentarista sino al lector, a quien le recomiendo ampliamente el disco H3A, pero mucho más, que los escuche en vivo, que es como la música, sea la que sea, mejor se escucha.
manuel.lino@eleconomista.mx