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Arte e Ideas

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El Aleph destrozado

El llamado arte experimental (a + e), sea del género que sea, es una tontería.

El llamado arte experimental (a + e), sea del género que sea, es una tontería.

Todo arte, que no la ?imitación de un estilo,?es experimental. A + e = tautología. Sí, como tonto resulta señalar que todo hotel es de paso (h + p = t), pues de lo contrario dejaría de ser hotel.

Es más: la vida es un?hotel (v + h = t), más si se cree en la reencarnación.

Hace un lustro (2011), el copista y engordador Pablo Katchadjian (K para esta columna experimental) dio a conocer en Imprenta Argentina de Poesía, editorial del propio K, la plaquette El Aleph Engordado, en la que el entonces?desconocido K llenó de paja El Aleph, cuento de Jorge Luis Borges publicado en 1949, para crecerlo?algo así como de 30 a 50 páginas.

María Kodama (también K para esta columna experimental), quien fuera la secretaria de Borges, esposa en los últimos días del escritor y actual heredera de sus derechos autorales, no tardó en demandar a K de plagio, lo que dio por resultado K + K = K a la N potencia, es decir, colmó de fama entre procesos, sentencias, apelaciones, nuevos procesos, sentencias, apelaciones, etcétera, a un inocente no tan inocente.

En una entrevista con Juan Terranova publicada?en la revista digital La ?Tercera, No. 4, el copista K declaró que engordar El Aleph fue bastante trabajoso, porque quería permanecer en una posición intermedia al engordar: no ser yo ni tratar de ser Borges, es decir, no perderlo a él ni perderme a mí .

Sencillito el pibe, mirá?que ponerse al nivel de Borges así como así, queriéndose desmarcar de la primera demanda legal apelando a la ecuación?a + e = t y con el también argumento, sencillito, de que al final de la engorda si bien no intenté ocultarme en Borges, tampoco escribí con la idea de hacerme más visible: los mejores momentos, me parece, son esos en los que no se puede?saber con certeza quién es quién .

Tal razonamiento, sin embargo, más que una defensa parece una auto-?inculpación, pues admite?una intención de estilo, peor, una imitación de ?estilo, la fusión que un?tallerista literario denominaría, primero, como copia y, segundo, como un plagio mal hecho, pues los fragmentos de El Aleph ?Engordado que se han hecho públicos el tiraje?de la disputa sólo fue de 200 ejemplares son justamente los que suelen sobrar en un cuento escrito por un aprendiz de cuentista.

Tal experimento, que no artístico, lleva a imaginar otras ecuaciones igual de monstruosas: si K no se creyera literato de vanguardia, sino artista conceptual, en vez de profanar la obra de Borges, adoptaría el estilo de Fernando Botero:

Venus de Milo + K = Gorda de Milo.

David de Miguel Ángel + K = Obeso de K.

Y esto, ¿qué sería? ?¿Intervención artística o caricatura de obra artística? Intervención, sí, pero no artística; y también caricatura, aunque involuntaria, pues K ha dicho que su engorda no es sátira, de lo que se deduce que tampoco parodia, ironía, burla, confrontación, pues siempre apela al a + e = t.

Por lo pronto, en el más reciente eslabón judicial se mantiene la ecuación K + K = K a la N potencia, ya que el juez falló a favor de los derechos de propiedad intelectual de Kodama al tiempo que Katchadjian aumentará su fama, obteniendo, además, el apoyo de un sector de escritores argentinos propenso a olvidar el a, b, c, de escribir o leer un cuento, sea el de ?El Aleph o cualquier otro.

marcial@ficticia.com

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