Desnudos altruistas

El cuerpo humano es un territorio y un paisaje, una tecnología práctica, lúdica y poética, pero ha sido sujeto de muchos tabúes y negaciones y barreras, cuando en realidad es lo más cercano que tenemos, nuestro límite más concreto .

Eso comenta la fotógrafa Kary Cerda, quien tiene un libro lleno de imágenes seductoras y sublimes de cuerpos desnudos que se titula "De tu piel a mi universo" (Ediciones B), el cual toma nombre de un verso que forma parte de un poema escrito en su juventud, Continente negro .

Sus fotografías son muy sutiles, no retratan cuerpos completos sino fragmentos en los que gracias a la luz se imprimen con cercanía las texturas de la piel e invitan al espectador a ver desde otra perspectiva su propio cuerpo:

Me acuerdo mucho de una persona que viendo una fotografía me preguntó: ‘¿Así somos?’ Nunca me he visto la espalda.

Yo sé que después de que ven las fotografías, las imágenes se convierten en vida y es ahí cuando yo me digo, ‘¡Misión cumplida!’, porque esa gente se aproxima a otra perspectiva. Para mí el arte, al menos el que yo hago, tiene una vocación pública , dice Kary Cerda.

El cuerpo como paisaje en movimiento

Kary Cerda siempre ha hecho énfasis a sus modelos en que ella no busca hacer retratos. Por eso le gusta más trabajar con bailarines porque, pueden fundirse con la danza y quitar la parte consciente y meterse y ser totalmente libres ahí, y con eso me permiten fotografiarlos sin que ellos estén pensando en poner una buena pose y que no se les vaya a ver una lonjita.

Me gusta eso, al contrario de los modelos profesionales que tienen una concepción muy especial de cómo deben ser fotografiados. En eso se parecen a los fisicoculturistas que saben cuál es la pose bonita. Y así todas las fotos salen iguales; es horrible, porque no vemos la particularidad de ese cuerpo sino el cliché que está esperando todo mundo, lo que debe ser visto y no lo que ese cuerpo permite ver .

Hay mucho erotismo

Kary Cerda es fotógrafa y poeta. De tu piel a mi universo recoge sus últimos 20 años de trabajo fotográfico en el que las imágenes, en un poderoso abanico de grises que contrastan, se alternan con poemas de su autoría, todos en referencia al cuerpo, a la pasión, al juego y al amor, en suma, al erotismo.

Dice la autora: Mi intención no era hacer un libro erótico, pero sí hay mucho erotismo .

Y aquí la autora apunta un matiz notable porque en nuestros días, gracias a la simplificación masiva de los conceptos, lo erótico ha sido reducido a lo sexual, cuando abarca todo un universo de ideas que tratan sobre el juego amatorio en el que los amantes entrelazan sus espíritus, sus almas y sus instintos por medio de las palabras, los gestos, las texturas y los sabores que brotan de la imaginación hasta convertirse en placer.

El erotismo es una emoción muy frágil, muy sutil, muy silenciosa que fácilmente podemos aplastar , añadió.

aflores@eleconomista.com.mx