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¿El declive de la hegemonía del dólar?

Foto: Reuters

El Sistema Monetario Internacional (SMI) tiene al dólar estadounidense como la moneda que se utiliza como unidad de cuenta y moneda de reserva. Esta prerrogativa le otorga diversos privilegios: poder, señoreaje, prestigio y discrecionalidad para su ajuste a desequilibrios internacionales.

El SMI básicamente debe atender tres problemas: confianza, liquidez y mecanismo de ajuste. Los dos primeros son evidentes, el tercero es más complejo. El ajuste se refiere a la corrección de desequilibrios internacionales de balanzas de pago y tipos de cambio. Existen por lo general procesos alternativos de ajuste que conllevan diferentes costos económicos y sociales. Un ajuste óptimo es el que logra su resultado sin restringir la libertad internacional de comercio, pagos e inversión y que no interfiera con las políticas domésticas de empleo, estabilidad de precios y crecimiento económico.

Después de la disolución del sistema de Bretton Woods en agosto de 1971, se puso énfasis en la flotación cambiaria como un buen mecanismo de ajuste a los desequilibrios de balanza de pagos. Más aún, se complementó la eficiencia del ajuste aplicando la teoría del área monetaria óptima (AMO) desarrollada por el profesor Mundell en 1961. Dicha teoría establece las condiciones para la idoneidad de que un grupo de países se integren para tener una sola moneda en común emitida por un banco central para la región. Así, Mundell planteó con casi 40 años de anticipación, la creación de la Eurozona.

No obstante, en la transición hacia un SMI configurado por diversas AMO, hay zonas monetarias de influencia de monedas hegemónicas de acuerdo con el criterio de flujos de comercio y financieros a la que se integran las monedas de países bajo esa influencia natural. Por su importancia, la política monetaria del país con la moneda central tiende a ser seguida por los demás integrantes.

Pero el conflicto ruso-ucraniano esta cuestionando si el dólar seguirá siendo la moneda pivote del SMI. Con las sanciones económicas impuestas a Rusia, analistas han objetado si el dólar podrá mantener su superioridad sobre otras monedas como el mejor instrumento de reserva. Al bloquear el acceso de Rusia a sus 620,000 millones de dólares de reserva, muchos países están cuestionando si ante conflictos geopolíticos el dólar seguiría siendo un buen resguardo o si sería mejor diversificar sus activos. De igual forma, la sanción a Rusia de evitar el uso de SWIFT obliga a que ya no se puedan hacer transacciones comerciales y financieras en dólares. De hecho, recientemente Powell mencionó la posibilidad de que el mundo tuviera más de una moneda de reserva.

Pero, por otro lado, hay analistas que ven esto último poco probable, pues no ven una alternativa viable al dólar. Europa por ejemplo también ha sancionado al banco central ruso por lo que el euro no sería una opción. Mantienen que el dólar ya ha sobrevivido a varias crisis y ésta no será la excepción.

¿Será posible que estemos siendo testigos de un cambio mayor en el SMI que podría llevar a más monedas de reserva, o el dólar superará estas presiones críticas manteniendo su hegemonía?

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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