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Disparos vinieron del lado de los ministeriales
La CNDH advirtió que los disparos en contra de estudiantes normalistas, en Guerrero, provinieron de donde se encontraban policías ministeriales y estatales; incluso, los tiros de arma de fuego siguieron a la detonación de una granada de gas lacrimógeno.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) advirtió que los disparos en contra de estudiantes normalistas, en Guerrero, provinieron de donde se encontraban policías ministeriales y estatales; incluso, los tiros de arma de fuego siguieron a la detonación de una granada de gas lacrimógeno.
No se ha podido establecer qué tipo de arma provocó la muerte de los alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa, pues no se han localizado las ojivas.
Ello forma parte del informe preliminar de la CNDH, que además establece que en el lugar había 165 agentes (federales, ministeriales y estatales), de los cuales 67 estaban armados -59 eran federales, cinco ministeriales y ocho estatales.
En el documento se denuncian irregularidades cometidas por servidores públicos, desde el desalojo de manifestantes hasta obstáculos en la investigación de la CNDH, por ejemplo, la detonación de armas que pusieron en peligro la seguridad de los transeúntes, por lo que existió la posibilidad de que el número de víctimas se elevara.
Aunque el órgano que encabeza Raúl Plascencia no considera por el momento a citar a comparecer al titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, pidió a la PGR que siga la investigación, pues no hay setenciados por este caso.
LOS OBSTÁCULOS
Plascencia Villanueva relató el contenido de la investigación realizada en 30 días. Dijo que desde que el organismo inició sus acciones encontró obstáculos, pues en el lugar de los hechos desaparecieron ojivas, se alteró la escena, no se tiene certeza del tipo de arma que mató a los dos estudiantes.
La Secretaría de Seguridad Pública federal no atendió con la debida diligencia los requerimientos de información, pues no fue contestada en tiempo y forma. Sólo se recibió información que no satisfizo .
Además, después del tiroteo, los agentes policiacos cometieron tortura, por ejemplo, contra Gerardo Torres -a quien señalan como responsable de disparar contra la Policía Federal, aunque fue liberado días después-.
Cabe mencionar que a más tardar en dos meses estará listo el informe definitivo sobre los sucesos en Chilpancingo, Guerrero.
jreyes@eleconomista.com.mx