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Política

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¿A qué se refiere AMLO cuando dice que México está en bancarrota?

Las cifras relacionadas con el endeudamiento público de México y muchas otras instituciones señalan que el país no está cercano a experimentar una situación de bancarrota. Lo que es una realidad es hay resultados desfavorables en materia de desempleo, pobreza, desigualdad e inseguridad.

López Obrador escucha problematicas de los mexicanosNotimex

El pasado 16 de septiembre el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, declaró que el país se encuentra en bancarrota y que pese a que no se podrán saciar todas las expectativas en materia política y económica, sí se cumplirán sus promesas de campaña. Después de que se generara un ambiente de controversia por parte de otros agentes que contradijeron la declaración del presidente electo, el martes 18 de septiembre al medio día pidió disculpas a quienes pudieran sentirse ofendidos con sus palabras. Pero recalcó que el país sí atraviesa una crisis no sólo en términos económicos. 

López Obrador dijo que la situación de bancarrota en la que se encuentra el país se evidencia con el aumento de la pobreza y la inseguridad, la falta de crecimiento económico durante 30 años y el desempleo persistente. ¿Pero qué quiso decir López Obrador cuando habló de una bancarrota nacional? Y ¿Qué problemas atraviesa una nación cuando está en bancarrota o al borde de quiebre?

Es verdad que el crecimiento de la economía mexicana, medido a través del Producto Interno Bruto (PIB), ha sido marginal y poco significativo, que la pobreza persiste en el país, que la generación de empleos no es significativa y que los niveles de inseguridad y violencia van en aumento, pero éstos no son elementos suficientes para diagnosticar a un país en bancarrota.

Probablemente el presidente electo utilizó un término inadecuado para expresar los malestares económicos que padece México, mismos que enumeró en la declaración y que no son falsedades. De acuerdo con información del Inegi y del Coneval, la pobreza afecta a 7 de cada 10 mexicanos, en el gobierno de Enrique Peña Nieto sólo se generaron 3.8 millones de nuevos empleos, el PIB no logra crecer a más del 5%, la discriminación y la desigualdad permanecen en niveles altos, en el 2017 se registró la tasa más alta de homicidios en México (25 por cada 100,000) y más de la mitad de los mexicanos no tiene acceso a seguridad social.

Pero la definición de bancarrota está específicamente ligada a las incapacidades de hacer frente al endeudamiento de un país y México no encaja con el concepto. Lo que López Obrador no dijo en esa entrevista y que es una realidad es que la actual administración dejará niveles muy altos de endeudamiento, que de no manejarse de manera adecuada entonces sí se podría hablar de la cercanía del país a una situación de bancarrota.

Una nación puede determinarse en estado de quiebra o bancarrota cuando no tiene la capacidad de hacer frente a sus compromisos crediticios y financieros y al mismo tiempo no hay ninguna institución u organismo que pueda ayudar a reestructurar el endeudamiento. Este escenario está lejano todavía en la economía mexicana pese al incremento acelerado de los niveles de endeudamiento en los últimos años.

Al término del 2006, cuando Felipe Calderón tomó la Presidencia de México, la deuda neta pública representaba el 18.7% del PIB. En el 2010 fue el 31.5% del PIB y para el 2012 ya significaba el 33.8% del PIB, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Durante la gestión de Enrique Peña Nieto, la deuda pública alcanzó a representar el 39.8% del PIB de México en el 2014 y para el 2017 el endeudamiento fue el 46.3% del PIB. Esta situación implica que el país tiene un endeudamiento de poco más de 10 billones de pesos, equivalentes a casi la mitad de todo lo que se produjo en el 2017.

Los niveles de endeudamiento son altos y sí han crecido de manera importante durante las administraciones federales previas, sin embargo, no hay ninguna señal todavía de que el país se encuentre incapaz de hacer frente a sus obligaciones de pago de la deuda. De hecho, muchas instituciones ya han revertido las declaraciones de López Obrador, afirmando que el país no se encuentra en situación de quiebre.

El presidente de la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE) dijo al respecto que los indicadores no presentan signos preocupantes y aunque México tiene retos financieros no podría declararse en bancarrota.

Por su parte el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) aseguró que es momento de generar confianza y certidumbre en materia financiera para generar empleos y atraer inversión; en relación con la afirmación de que el país está en bancarrota dijo que nunca se han dejado de pagar los compromisos internacionales y que hay opciones para gestionar dichos pagos.

Las cifras de finanzas públicas de las que nos provee la SHCP desmienten que el país tenga niveles de deuda que exorbiten las capacidades de pago del gobierno federal, la banca de desarrollo y cualquier otro organismo o institución pública. Lo que es una realidad es que el país enfrenta retos importantes en cuanto a muchas variables macroeconómicas, como el empleo y la inversión. Además, la violencia, la pobreza y la desigualdad persisten afectado al país. 

ana.garcia@eleconomista.mx

Licenciada en Economía y Especialista en el Género en la Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha complementado su formación con estudios en Periodismo Incluyente y de Derechos Humanos en la International Women’s Media Foundation. Actualmente es coconductora del podcast Futuro 2050 de El Economista, donde se exploran temáticas sobre tecnología, ciencia y sociedad.

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