Tejocote, negocio olvidado

El tejocote es un frutal nativo de México cuyo nombre deriva del náhuatl texócotl que significa fruta dura y agria.

Desde antes de la llegada de los españoles el tejocote había sido aprovechado, primero por recolección, luego fue plantado en solares, hasta convertirse en un cultivo importante dentro de la fruticultura.

La amplia diversidad de características que presenta, hacen posible el aprovechamiento de este cultivo, presentando un importante potencial todavía sin explorar.

El tejocote se consume como fruto fresco o en almíbar y ate, desde el punto de vista cultural y comercial, ha sido utilizado en las fiestas de Todos Santos en la decoración de los altares en el Día de Muertos; en Navidad durante las posadas en la elaboración de ponches y en el llenado de piñatas; y en la industria farmacéutica y alimentaria para la extracción de pectinas que se utilizan en la medicina y en las bebidas de jugos y néctares.

El hábitat de este cultivo se encuentra en lugares de clima templado y frío, ubicados entre 1,800 a 3,000 metros sobre el nivel del mar; es un árbol que crece de 4 a 8 metros de altura y vive hasta 40 años.

Sus flores aparecen de enero a abril y sus frutos maduran en los meses de noviembre y diciembre. Se adapta a gran diversidad de suelos, con lluvia anual de 600 a 1,200 milímetros, con temperaturas medias de 15 a 18°C, mínimas de 1°C y máximas de 37°C, tolera sequías e inundaciones y por su rusticidad es resistente a las plagas y enfermedades.

Derivado de investigaciones realizadas por las universidades ya existen variedades seleccionadas para la producción comercial y tecnologías que favorecen la producción y la calidad del fruto, con grandes oportunidades de abastecer la demanda de fruta fresca y proveer a la agroindustria con una materia prima con características ideales.

Se estima que en México existen 700 hectáreas plantadas con tejocote, predominando el régimen de temporal en 65%, la producción anual es de 3,600 toneladas, con rendimientos promedio de 4 toneladas por hectárea en temporal y 8 toneladas por hectárea bajo riego.

Las entidades con mayor participación en la producción son Puebla (89%), Oaxaca (2.7%), Estado de México (2.3%), Jalisco (2.2%), Distrito Federal (1.8%), Chiapas (1.3%) y Zacatecas (1 por ciento).

*Marcos Reyes García es especialista de la Dirección de Agronegocios en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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