Lectura 3:00 min
Ser libre, ¿para qué?
La libertad es la condición humana sin la cual las personas no podemos proponer y cuestionar, ensayar y corregir el rumbo, de ahí que sin libertad no hay progreso.
En un mundo donde las relaciones cada día se construyen más a partir del egoísmo y el utilitarismo y menos por un interés genuino en el bienestar mutuo, resulta un reto enorme encontrar personas que vivan y mueran por una causa o un ideal cuando la tendencia dominante es pensar en el corto plazo, acomodarse al sistema y perpetuar lo que nos ha causado tantos problemas.
Giancarlo Ibargüen ha sido uno de los hombres más valientes y decididos que he conocido, dispuesto a luchar y dar ejemplo hasta el último momento. Lo conocí en el 2006 cuando era rector de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala, institución que ha sido y es pilar de la libertad en América Latina, fuente permanente de inspiración para varias generaciones.
Muchos tienen miedo a ser libres porque eso implica ser responsables. Bien decía Giancarlo: ser libre significa buscar la felicidad utilizando los medios a nuestra disposición sin coerción alguna y respetando la libertad de otros. En una sociedad de personas libres, que es a lo que aspiramos, todos deberíamos tener derecho a vivir nuestra vida como mejor nos parezca respetando siempre el derecho recíproco que los demás tienen para vivir la suya.
Desafortunadamente son muchas las cadenas que nos atan, empezando por el miedo y los prejuicios en torno a la libertad y a trabajar para promover una sociedad realmente libre solidaria y próspera, que no significa una sociedad libertina. Giancarlo afirmaba que una buena educación defiende y respalda la ética de la responsabilidad individual y destaca la idea de que los logros dependen del trabajo y la iniciativa propia, no de la ayuda de los demás.
Esto contrasta con la lógica paternalista que de manera perversa ha creado dependencia de muchas personas hacia el gobierno; esa obsesión de querer vivir a expensas de los demás. La libertad, defendió siempre Giancarlo, es la condición humana sin la cual las personas no podemos proponer y cuestionar, ensayar y corregir el rumbo, de ahí que sin libertad no hay progreso.
Uno de sus consejos más valiosos a los jóvenes fue: Hagan lo que hagan, háganlo con excelencia y pasión, sean sacrificados, disciplinados, tenaces, responsables, buenas personas. Que nadie les robe la pasión por lo que hacen y mucho menos por la vida misma. Caminen siempre con dignidad y con la frente en alto, sabiendo que viven una vida coherente con sus principios y sus valores morales. Que nadie les impida construir un mundo mejor .
Twitter: @armando_regil