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Germán Larrea, la visita
El “Rey del Cobre” como le dicen al empresario Germán Larrea, dueño de Grupo México, visitó ayer 17 de mayo, en Palacio Nacional al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es el segundo hombre más rico de México y Grupo México es la cuarta empresa más grande del país, con una capitalización de mercado de 22,829 millones de dólares, de acuerdo con su propia estimación de hace un año.
Lo vieron al salir, los reporteros que “cubren” la fuente presidencial. Como es su costumbre, el magnate evitó a los representantes de la prensa.
El día previo, Larrea también estuvo en Palacio Nacional, junto con el resto de los integrantes del Consejo Económico Asesor de Presidencia de la República.
Por la mañana de antier, antes de la comida con los empresarios, el Jefe del Ejecutivo dió su beneplácito a la compra de Banamex por parte del Larrea.
López Obrador dijo que tenía información de que las negociaciones para la operación de compra venta de Banamex, “van muy bien” y que él personalmente no tenía ningún problema de que Larrea lo compre, siempre y cuando cumpla con las condiciones sugeridas.
El Presidente de México reconoció que sí tiene diferencias con el empresario, pero enfatizó, “ese es otro asunto; ese es otro cantar; en el caso de la venta o compra del banco, no hay problema”.
“Vemos con buenos ojos que se lleve a cabo esa operación porque se está cumpliendo con las condiciones sugeridas y únicamente estaría pendiente revisar el pago de impuestos por la operación”, advirtió.
El presidente López Obrador vio más tarde a Larrea en la comida que tuvo con los empresarios que integran el Consejo Económico Asesor de la Presidencia de la República.
Es poco probable que ese mismo día hubiera podido tener alguna conversación particular con el empresario minero.
Lo más seguro es que en la visita que Larrea le hizo ayer en Palacio Nacional, sí tuvieron la oportunidad de revisar el tema a fondo.
De acuerdo a las declaraciones presidenciales, el único tema pendiente por revisar, tiene que ver con el pago de impuestos que tendrá que realizar el comprador.
En consecuencia, muy probablemente, Larrea le informó al Presidente de la República, no sólo cómo va la negociación, sino en qué precio se realizará la compra, o por lo menos cuánto está ofreciendo, y cuánto calcula que tendría que pagar de impuestos.
Desde que se hizo el anuncio de la venta por parte de Citi, además de la condición de que se vendiera a inversionistas mexicanos, el Presidente de la República fue muy insistente en que se tienen que pagar los impuestos correspondientes.
Su intención clara es enviar el mensaje de que su gobierno logró “nacionalizar” a Banamex.
Hay que recordar que en el pasado reciente, Banamex fue privatizado, al colocarse en venta entre inversionistas nacionales. Y luego sería extranjerizado, al venderse a Citi.López Obrador ha sido consistente en su crítica al rescate, privatización y posterior extranjerización de los bancos.
Por eso, es una pieza de enorme valor para su discurso nacionalista, que la venta de Banamex se concrete con un grupo de inversionistas nacionales.
Y por supuesto, también es muy importante, que el gobierno reciba el pago de los impuestos correspondientes, para remarcar la diferencia con los gobiernos neoliberales, cuando la operación de venta se realizó a Citi a través de los mercados y no se pagaron impuestos.
Larrea es el último postor que sigue pujando por los activos de Banamex. Aunque formalmente, Grupo Mifel, encabezado por Daniel Becker no ha hecho pública su decisión de ya no participar en la puja.
La mayoría de los análisis anticipan que la operación de compra podría rondar los 7 mil millones de dólares.
La adquisición, lo ha reconocido Jane Fraser, la CEO de Citi, ha llevado más tiempo del originalmente planeado.
Las señales públicas indican que ya está muy cerca el cierre de la operación.
El visto bueno presidencial sobre Larrea, difundido en la mañanera, la visita de éste último de manera personal e individual, así lo revelan.
Al final, la venta de Banamex estaría acercando a Larrea con el presidente López Obrador.
Hay que recordar que Larrea, al inicio del 2018 pidió a sus empleados votar contra “un modelo populista”. Les dijo que México requiere un “voto razonado, inteligente y a conciencia”.
El presidente ha hecho públicas sus diferencias con Larrea, por el tema del derrame tóxico en el río Sonora y por la terminación anticipada de un contrato de construcción del Tren Maya, más una concesión de agua, cuya existencia negó la empresa.
Pero, como dijo el Presidente de México, ese es otro cantar.
Por ahora ya le extendió su aval a Larrea.