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Cómo no te voy a chiflar
El privilegio de opinar Por: Manuel Ajenjo
Con la ascensión de Adolfo López Mateos al poder terminó mi niñez y empezó mi adolescencia.
-¿Fue por decreto presidencial?
-No, fue por razones biológicas, cumplí 13 años y entré a la secundaria en 1958.
-¿A qué viene el dato biográfico?
-Viene porque la rechifla que le propinaron a Felipe Calderón el jueves pasado en Torreón, en la inauguración del Estadio Territorio Santos Modelo, me puso nostálgico.
-Sabiendo cómo eras a esa edad, comprendo que te mentaran la madre por la vía de las cinco notas musicales emitidas con la boca, pero tu nostalgia me parece masoquista.
-La nostalgia no me la produjo la rechifla en sí. Sino que me acordé que en aquellos años el Presidente de la República, sin mayores problemas y con la aprobación de la gente, asistía seguido a la plaza de toros.
-Seguido de sus guaruras y del Estado Mayor.
-Me imagino que siempre habría personal de seguridad estratégicamente instalado.
-Por supuesto.
-Sí, por su puesto de Primer Mandatario. Pero yo usé el adjetivo -seguido- en su acepción de continuamente.
López Mateos era aficionado a los toros y al boxeo y asistía a estos espectáculos con cierta regularidad.
Recuerdo que el público espontáneamente lo ovacionaba a su llegada al evento o cuando un matador le brindaba un toro.
-Eran otros tiempos.
-Y otros presidentes. En septiembre de 1964, don Adolfo asistió a la pelea en la que Vicente Saldivar se coronó Campeón Mundial Pluma derrotando a Ultiminio Ramos, en esa ocasión iba acompañado de Gustavo Díaz Ordaz que para entonces era Presidente electo. Esa noche un aficionado aprovechó un silencio expectante de la pelea para gritar: ¡Gustavo! Los presentes sabíamos a qué Gustavo se refería. Insistió el aficionado, su grito lo escuchamos todos: ¡Gustavo! . El hombre de la prominente dentadura que estaba próximo a ascender a la Primera Magistratura se dio por aludido, sonrió y movió la mano como un saludo para el cuate que gritaba su nombre.
Momento que éste aprovechó para terminar su grito: Se te está saliendo el protector . Nos reímos todos, incluso los presidentes, el electo y el que estaba en funciones.
-En funciones boxísticas y taurinas.
LA VOZ DEL AZTECA
-En 1966 cuando Díaz Ordaz inauguró el Estadio Azteca la gente le pegó una rechifla porque llegó tarde al evento. En 1970, en el mismo escenario, en la inauguración del Mundial de Futbol, otro abucheo unánime para el mismo personaje, esta vez en recuerdo a lo sucedido durante el conflicto estudiantil del 68.
Contra lo que se supone, en la inauguración de los XIX Juegos Olímpicos, a 10 días de la noche de Tlatelolco, no hubo rechifla general para el Mandatario. Los asistentes al evento en su mayoría estuvieron del lado del gobierno en lo que recién había ocurrido.
Pura gente bonita con excepción del Ejecutivo inaugurador. Sin embargo, un grupo de disidentes lanzó sobre el palco presidencial un papalote de color negro en forma de paloma como repudio por la matanza del 2 de octubre.
-Ya no se ha de acordar porque sólo le funcionan dos tercios de cerebro, pero a Miguel de la Madrid le fue como en feria en la inauguración del Mundial futbolero del 86. La gente estaba descontenta por la crisis económica.
La inflación era tal que más valía ir de compras temprano porque todas las tardes subían los precios. A eso habría que agregar que ante el terremoto, sucedido meses antes, el gobierno en general y el Ejecutivo en particular reaccionaron con temor y tibieza en auxilio de la población dañada.
Don Miguel que iba en compañía de su esposa tuvo que escuchar además de la rechifla los coros dirigidos a la Primera Dama: Paloma Cordero, tu viejo es un culero .
FELIPE, LA PORRA TE SALUDA
-El detonante de estos recuerdos fue la asistencia de Felipe Calderón a la inauguración del estadio lagunero antes mencionado. Es comprensible que la empresa cervecera dueña del inmueble le haya pedido la cortesía de inaugurarlo. Pero el Presidente no tenía la obligación de hacerlo.
¿Hubo alguien en su oficina que cuestionara si en las circunstancias actuales era prudente hacerlo sin deterioro de la imagen del Jefe? ¿Qué creyeron que lo iban a recibir con una ovación? Cómo no le iban a chiflar si vivimos una crisis económica que si bien vino del exterior, la ineficacia gubernamental nos hace pensar que llegó para quedarse.
Cómo no le van a chiflar si por Internet circulan evidencias de sus promesas de quitar el pago de la Tenencia automotriz y bajar los impuestos, ofertas que no ha cumplido.
-Y como dijo don Teofilito
-Con el pretexto de su viaje a Singapur debió dejar que el Gobernador del estado hiciera la inauguración y se llevara la rechifla. En el momento actual ningún político que aparezca en público se salva de un abucheo. A Humberto Moreira le hubieran silbado aunque se hubiese hecho acompañar de Ernesto Laguardia.
-Al que le van a chiflar es a ti, los lectores, si continúas pretendiendo ser la voz de la conciencia nacional.
Más vale que termines la columna con algo gracioso.
ANIVERSARIO
-Una pareja que cumplía 40 años de casados se recluye en su recámara tratando de rememorar tiempos idos. La mujer se pone un negligé y pregunta al marido:
-Amor, ¿recuerdas esto?
- Sí, es el negligé que usaste en nuestra luna de miel.
-¿Recuerdas lo que me dijiste esa noche?
-Sí, te dije, voy a chuparte esos hermosos senos hasta dejarlos secos y voy a hacerte el amor hasta volverte loca.
-Hoy que traigo el mismo negligé, ¿qué se te ocurre decirme?
-Misión cumplida.
El privilegio de opinar