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AIG se desmorona
Poco a poco se desmantela el diversificado imperio de American International Group (AIG), en su momento la mayor aseguradora del mundo y que tras su rescate tiene como accionista con casi 80% al
gobierno de Washington.
Como recordará, AIG fue rescatada por las autoridades en septiembre pasado, en un monto inicial de 85,000 millones de dólares que al poco tiempo creció a 150,000 millones. Durante la mayor parte del 2007, los títulos se cotizaron por arriba de los 60 dólares por acción y el viernes pasado cerraron en 1.42.
En septiembre pasado le comenté que AIG, por su enorme diversificación en sectores industriales, comerciales y de servicios, aparte del negocio asegurador, tendría suficientes activos para vender y cubrir el monstruoso préstamo a la Fed.
Hoy, ante el agravamiento de la crisis, los activos de las empresas han perdido mucho de su valor y AIG está viviendo en carne propia ese desplome.
Uno de esos activos es su brazo arrendador de aviones comerciales, la International Lease Finance Corporation (ILFC), que fue puesto a la venta en diciembre.
Ya hay varios posibles postores, pero no habrá ofertas en forma durante varias semanas, en lo que cada uno concluye su propia due diligence.
Se trata de los fondos de inversión neoyorquinos TPG, Carlyle Group y KKR, aparte del fondo londinense Terra Firma, que ya cuenta entre sus activos una arrendadora de aviones, Pegasus Aircraft Finance, misma que el año pasado absorbió a una empresa del mismo ramo, AWAS.
El problema es que AIG considera que ILFC vale un mínimo de 10,000 millones de dólares, el consenso entre los postores es que no valdría más allá de 6,000 millones y eso suponiendo que los libros estén limpios.
Pero ILFC es uno de los activos de mayor valor, lo que lleva a suponer que resultará muy difícil vender los suficientes activos como para pagar 150,000 millones, una suma que en el contexto actual se antoja astronómica.
Los propios directivos de Carlyle y KKR admiten que en el entorno actual de fuerte astringencia crediticia, aún en el mejor de los casos sería muy difícil para un sólo fondo de inversión echarse a cuestas la adquisición de ILFC. Lo más probable, dicen, es que la oferta ganadora incluya efectivo y participación accionaria.
Para algunos ejecutivos de aerolíneas, que junto con empresas de paquetería y carga son los principales clientes de ILFC, éste podría ser el peor año para tratar de vender ILFC, pues las entregas de nuevos aviones van a caer a niveles insospechados, según las propias Airbus y Boeing.
Además, ILFC separada de AIG no tendría las mismas ventajas competitivas en materia de financiamiento de los aviones que arrenda, que es la misma situación de la filial de arrendamiento de aviones de General Electric. Sin su palanca de financiamiento ILFC podría valer mucho menos.
Posiblemente para motivar a más postores, AIG ha dicho -sin que se haya podido corroborar- que además de los fondos de inversión hay otros postores entre fondos soberanos del Medio Oriente y Asia.
Además, AIG ya dio señales de que quiere vender algunas unidades relacionadas con seguros y algunas otras como el negocio del índice de commodities de la bolsa de Zurich.
El fondo filipino SM Investments de Manila, anunció que ya realiza la due diligence para adquirir, a través de su filial Banco de Oro Unibank y su socio Assicurazioni Generali, tercer asegurador de Europa, la filial filipina de AIG, Philippine American Life, del ramo de vida. En el mejor de los casos, AIG obtendría unos 500 millones de dólares.
La gran pregunta, desde luego, es ¿qué pasará con el negocio de seguros de AIG en México? En teoría, el negocio local , lo que era Seguros Interamericana que se especializa en los ramos de vida y daños, no debería verse afectado porque es una unidad que genera sus propios recursos.
Pero ya sabemos que en el contexto de la actual turbulencia global, la teoría con frecuencia queda supeditada a la práctica.
Según algunos brokers independientes que manejan AIG, las ventas de pólizas se han desplomado.
rmena@eleconomista.com.mx