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“Me interesan las empresas buenas con balances malos”

Gustavo Tomé Velázquez heredó una empresa textil, Maquila T, cuando tenía 16 años y ahora encabeza dos fondos de inversión: Némesis y Da Vinci. El primero especializado en capital de riesgo y otro dedicado a bienes raíces.

Gustavo Tomé Velázquez tiene 37 años y más de 20 de experiencia como empresario. Heredó una empresa textil, Maquila T, cuando tenía 16 años y ahora encabeza dos fondos de inversión: Némesis y Da Vinci. El primero especializado en capital de riesgo y otro dedicado a bienes raíces.

La riqueza en el largo plazo está en dos ecosistemas: la innovación y los bienes raíces. Esa es la historia de las grandes fortunas en el mundo, desde hace décadas. Esa es nuestra apuesta .

Da Vinci tiene 17 inversiones activas, donde predominan startups y tecnológicas. Némesis tiene un capital 14 veces más grande. Sus inversiones están enfocadas en edificios, naves industriales y centros comerciales. Una parte del dinero es capital propio. El resto proviene de dos círculos de inversionistas; institucionales y amigos y familia. La mayor ventaja es la flexibilidad. A alguien le puede interesar sólo un proyecto y tener un horizonte temporal muy claro. Si comparo los dos fondos, pienso que uno hace sprints, el otro corre maratón .

Tomé Velázquez nació en Irapuato. Sus negocios han vivido un proceso de expansión territorial y sectorial. En los últimos dos años compró una empresa de plásticos en Estados Unidos: Reid Plastics, un fabricante de celdas solares en Bélgica, Photovoltech, y entró en el accionariado en Liberbank, un banco español.

Al explicar su estrategia, dice: Compramos empresas buenas con balances malos, compañías que saben generar valor pero que no han entendido el valor que tienen... Las crisis son muy buenas para eso: hay una multiplicación de empresas buenas con malos balances, sin capacidad para aguantar un mal momento .

Sus empresas financieras tienen 350 empleados. A través de sus inversiones industriales tiene que ver con otros 2,500 empleos directos y alrededor de 3,500 empleos indirectos.

Estas empresas industriales son Solartec, Enercity, Condutec y Alucomex, entre otras. Es el mayor productor de garrafones de México. También tiene participación en una gama muy vasta de sectores: reciclado de PET, sistemas de empaque, autopartes, paneles solares, botanas, celdas solares, tuberías de propileno.

AHORA APOSTAMOS POR EUROPA

El entrevistado aspira a mantener tasas de crecimiento de dos dígitos en su facturación, por crecimiento orgánico o mediante adquisiciones. Hay negocios donde crecemos más de 100 por ciento. La diversificación es imprescindible porque los sectores van a ritmos diferentes. Lo mismo podemos decir de la presencia en varios países: cada uno de ellos vive momentos diferentes dentro del ciclo.

En Estados Unidos, el 2009 era un gran momento para comprar. En Europa, el momento es ahora. La tasa de recuperación en España parece muy buena. Es el momento de invertir allá porque una vez que la recuperación sea un hecho, los retornos ya no valen tanto la pena .

¿Qué momento del ciclo está viviendo México?, le pregunto: Hay restricción de liquidez, pero las reformas estructurales están muy alineadas con los grandes capitales internacionales, en particular la energética.

Puede atraer recursos en una cantidad que no hemos visto nunca... se dice que es el momento de México y hay otra forma de verlo: se nota en las inversiones en el exterior. Hay que ver lo que está pasando en España. Está David Martínez en Sabadell; Antonio del Valle en Banco Popular. Nosotros en Liberbank...

Sobre los factores que podrían frenar el momento de México, afirma , le temo al riesgo sistémico de la corrupción.

A mí no me cobran para construir un centro comercial, pero sí extorsionan a mis inquilinos porque no tiene un permiso de restaurante, de spa o lo que sea, también me afecta. Nos afecta a todos... no soy una isla .

Este empresario estudió física y hubiera seguido una carrera académica si no hubiera sido por la muerte de su padre, cuando él apenas tenía 17 años.

De sus estudios de física le queda una facilidad para trabajar con modelos matemáticos complejos y una capacidad para entender la innovación.

Todo cambia un poco cada día, no puedes quedarte quieto una temporada larga. Si lo haces, pierdes la capacidad de entender y actuar... Tengo miedo a perder capacidad de adaptación. Acabo de llegar de Silicon Valley.

Antes yo tenía la edad de los innovadores, ahora ellos tienen diez años menos que yo. Eso pasa allá, pero confío en que empiece a ocurrir en México, que los grandes empresarios empiecen a ser menores de 30 .

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

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