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Inversionistas toman conciencia de la guerra
Los inversionistas tomaron conciencia de los riesgos, cuando las sanciones que fijó Rusia por represalia se sumaron a las presiones que ya sufría la economía de Europa. Con Italia entrando en su tercera recesión en siete años, la región no está preparada para resistir temblores.
Es difícil encender la televisión y no ver espantosos recordatorios de los peligros de la guerra, ya sea Ucrania, Irak o Gaza.
Los inversionistas tomaron conciencia de los riesgos, cuando las sanciones que fijó Rusia por represalia se sumaron a las presiones que ya sufría la economía de Europa. Con Italia entrando en su tercera recesión en siete años, la región no está preparada para resistir temblores.
Las acciones y bonos se lo tomaron mal: los papeles de la eurozona ingresaron en territorio de corrección, cayeron más de 10% desde su pico de junio. El FTSE 100 el viernes escapó más suavemente, retrocedió sólo 5.0% desde su último máximo, antes de que se volviera a recuperar tras el bombardeo norteamericano en Irak, que ayudó a bajar el precio del petróleo. Las acciones de Estados Unidos, menos expuestas a Rusia, tuvieron un descenso aún menor. Los rendimientos de los bonos registraron un recorrido similar; la deuda alemana a diez años retrocedió a apenas por encima de 1.0 por ciento.
En medio del pesimismo geopolítico, hay una amenaza menos visceral a considerar: la política monetaria estadounidense. Los mercados empezaron a jugar con el qué pasará cuando la Fed deje de comprar bonos. Va camino a terminar en octubre o diciembre, y mucho dinero depende de si el fin de la flexibilización cuantitativa marca el comienzo de un nuevo ciclo de subas de tasas.
Los mercados se mostraron demasiado sensibles a las sugerencias de que la Fed podría elevar las tasas antes de lo previsto. El anuncio el año pasado de que la Fed desactivaría el QE provocó más temor a los aumentos de tasas que a la reducción de compras de bonos, y el banco central norteamericano trató de convencer a los bonistas de que aún si suban las tasas, no será tanto como en el pasado.
Inversionistas deben mirar la política monetaria teniendo en cuenta cuál es el efecto del fin del QE, cuánto tiempo esperará la Fed para elevar las tasas por encima de cero; y, si el nuevo ciclo de tasas es inminente, ¿qué pasará con las acciones?
Las expectativas de un mayor ajuste en la política crecieron el mes pasado, con los mercados de futuros apostando 50-50 a que en junio de 2015 subirán las tasas. Desde entonces, las probabilidades bajaron, pese a que los datos económicos mejores a lo esperado elevaron las esperanzas de crecimiento. Según Consensus Economics, la predicción promedio de crecimiento para este año subió de 1.6% a 2.1% en un mes.
En el mercado de bonos, para retener deuda de a más largo plazo los inversores están exigiendo una prima menor comparado con los de corto plazo. Eso
refleja la posibilidad de que la Fed desacelere la economía y de que sea menor el crecimiento de largo plazo.
Las acciones sufrieron después de la finalización del QE1 y QE2. Este año se mantuvieron mejor pero la caída de los rendimientos de los bonos no refleja la confianza en el crecimiento que en general acompaña el alza de las acciones.
Cuando suenan trompetas de guerra, la geopolítica golpea las finanzas, después lo que preocupa es la política monetaria.
Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica
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