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Presupuesto de Trump deja a Estados Unidos hasta el final
Más defensa, menos ciencia. Washington ya delineó la manera de sacar adelante al país, con mayor gasto militar.
El presupuesto América Primero del presidente Donald Trump está encabezado por su gran aumento en el gasto militar, que Trump presume como uno de los mayores aumentos en el gasto de defensa nacional en la historia de
EU . El aumento será pagado por los recortes en los programas civiles, incluyendo recortes al Departamento de Estado, los programas de las Naciones Unidas, la ayuda externa y la Agencia de Protección Ambiental y cualquier cosa relacionada con el cambio climático. En el cumplimiento de su promesa de campaña para aventarle dinero al Pentágono, Trump está socavando su política extranjera siempre prometida de EU primero.
El documento presupuestario de Trump engañosamente asegura que el agotamiento militar bajo el presidente Barack Obama es nuestro principal desafío . De hecho, EU ya gasta casi 40% de todo el dinero gastado globalmente en defensa más que los 12 mayores gastos militares combinados.
El senador John McCain se quejó de que el presupuesto de Trump sólo requiere un aumento de 3% sobre el último presupuesto de Obama. Sin embargo, encima de los miles de millones que ya se vierten en el ejército, Trump quiere agregar 60,000 soldados en servicio activo al Ejército, 78 barcos y submarinos a la Armada, 12,000 marines, 1,200 aviones de combate activos de la Fuerza Aérea, además de una mejor defensa antimisiles, capacidades cibernéticas y más.
El presidente confunde el problema. El ejército está estresado no porque se gaste demasiado poco, sino porque se le pide que haga demasiado. El presupuesto de Trump está pagando por un ejército que tiene la tarea de vigilar al mundo con una Marina más grande, más fuerzas expedicionarias y más aviones de ataque.
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Este alcance global se refleja en los primeros movimientos de la política exterior de Trump continuando la acumulación en Europa del Este, sosteniendo una guerra más longeva en
Afganistán, ampliando sus misiones en Yemen y Siria, amenazando con acciones militares contra Corea del Norte y más.
Durante la campaña, Trump laceró los fracasos del establishment de la política exterior. Criticó las interminables guerras que nunca ganamos , expresó escepticismo sobre el cambio de régimen, sugirió mejores relaciones con Rusia que podrían llevar a una cooperación contra el Estado islámico, llamó a la OTAN obsoleta , y cuestionó nuestros compromisos con Japón y Corea del Sur. Pero ahora, a medida que pasa cada semana, la inercia gobierna. Los aliados ya fueron tranquilizados; las interminables guerras sin victoria continuaron. Trump ha empujado a los aliados a soportar más de la carga, pero su expansión militar reducirá su motivación para hacerlo.
Una verdadera política de Estados Unidos en primer lugar aumentaría la diplomacia en lugar de las fuerzas militares. Reduciríamos el número de policías del mundo y buscaríamos mediar y ayudar a resolver las disputas. Terminaríamos la guerra sin sentido en Afganistán y reduciríamos nuestra presencia en las agonías del Medio Oriente.
Querríamos reavivar el desarme nuclear y los esfuerzos de no proliferación con los rusos y enfriar el camino hacia una nueva guerra fría. Trabajaríamos con China para ayudar a hacer cumplir la libertad de sus mares en lugar de lanzar una acumulación para afirmar nuestro derecho a soportar esa carga solos. Todo esto sugeriría aumentar, no reducir, nuestra inversión en diplomacia. Queremos apoyar los esfuerzos de mantenimiento de la paz y desarrollo de las Naciones Unidas más, para que ya no enviemos fuerzas a más de 100 naciones en todo el mundo cada año.
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Irónicamente, son los oficiales militares que conocen los horrores de la guerra quienes comprenden la importancia de la diplomacia y la ayuda extranjera: 120 generales y almirantes retirados recomendaron al Congreso no hacer recortes en el presupuesto del Departamento de Estado y asuntos exteriores. Citaron al secretario de Defensa, Jim Mattis, quien dijo mientras dirigía el Comando Central: Si no financias completamente al Departamento de Estado, entonces necesito comprar más municiones .
Trump despotrica sobre los 6 billones de dólares que han sido desperdiciados en guerras fallidas en Medio Oriente, suficiente para reconstruir EU muchas veces.
En vez de servir para pagar por un ejército capaz de vigilar al mundo, el presupuesto de Trump reduciría los fondos para la ciencia, la investigación en salud, la innovación y educación, desde programas preescolares hasta programas de trabajo y estudio. Algunos de los recortes a la nutrición infantil, a la calefacción doméstica y al desarrollo rural y urbano son simplemente crueles.
Los recortes en investigación son simplemente estúpidos, reduciendo la inversión en el futuro económico de Estados Unidos para pagar por un exagerado ejército. Y una política de América Primero estaría invirtiendo más, no menos, en energía renovable, en eficiencia energética y en el costo de los daños ya causados por el cambio climático.
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Trump ha prometido que las fuerzas armadas estadounidenses serían tan grandes, tan poderosas, tan fuertes, que nadie absolutamente nadie va a meterse con nosotros . Pero la cuestión es si nosotros seguiremos involucrándonos con ellos. Un ejército que puede ir a cualquier parte y hacer algo es llamado constantemente a ir a algún lugar y hacer algo. El problema de las guerras interminables sin victoria es que deben terminar sin victoria. El reto para una verdadera política de América Primero es reducir las vidas y los recursos desperdiciados en el mundo para reconstruirlos en casa.
La presentación del presupuesto de Trump omitió los planes para su prometida reconstrucción de la infraestructura estadounidense. Claramente la acumulación militar tuvo prioridad. Y esa acumulación junto con la duplicación de las políticas actuales en Europa, Medio Oriente, Corea y el Mar de China
Meridional sugiere que una vez más el consenso bipartidista de Estados Unidos como la nación indispensable de servicio en todo el mundo traicionará la promesa de reconstruir nuestro país.
Vanden Heuvel, es editora de Nation Magazine y escribe una columna semanal para The Washington Post.
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