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Arte e Ideas

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Homenaje a Pepe Soho: Mystika queda como el legado de un viaje de regreso a casa

En una emotiva ceremonia de luz y sonido, amigos, público y colaboradores se reunieron en la exposición Mystika Inmersivo para honrar la memoria del artista, quien este 20 de octubre habría cumplido 53 años.

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Tras el fallecimiento del reconocido artista y fotógrafo mexicano Pepe Soho el pasado 9 de octubre, se llevó a cabo una ceremonia especial en su actual exposición, Mystika Inmersivo, para agradecer su paso por la Tierra y celebrar el profundo legado de luz y amor por México que dejó a través de su arte.

El encuentro, que reunió a su público, amigos y equipo de trabajo, consistió en una meditación colectiva, canto y suaves melodías de piano y flauta. El espacio, concebido por Soho como un templo de conexión con la naturaleza y el ser interior, se sintió, más que nunca, como el lugar diseñado para su despedida final.

Mystika: El mensaje final

Magdalia Martínez, productora de Mystika y amiga cercana del artista, compartió la profunda conexión que Pepe Soho sentía con este espacio, que hoy continúa como un testamento vivo.

"Lo hablábamos mucho", reveló Martínez, "él decía: 'yo sé que a lo mejor esta vez no la libro, pero siento que quedo vivo aquí.' Su espíritu, su esencia quedó impregnado en el espacio y él siempre lo llamó su templo de luz".

La exposición, que invita al visitante a un recorrido por la gloria de la naturaleza, toma un significado aún más potente al conocer la propia voz del artista sobre el proceso creativo que la originó, un viaje de "regreso a casa" personal y transformador.

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En un texto escrito por el propio Pepe Soho para la exposición, el artista detalla cómo el proyecto Mystika nació de un período de dolor y resiliencia: “Para mí, este museo Mystika representa dicho viaje de regreso a casa, esa reconstrucción personal, esa transformación,” escribió.

Soho relató cómo, tras un retiro de meditación, emprendió un viaje a la India que terminó abruptamente con un grave accidente a caballo en los Himalayas. Las complicaciones, cirugías, y el dolor lo llevaron a una profunda desesperanza: “Mi corazón, cuerpo y mente se sentían completamente derrotados. Dejé de pensar en mi regreso a casa, ya sólo pensaba en irme, en dejar este mundo de sufrimiento”.

La fotografía, recordó, fue su tabla de salvación. Lo que comenzó como un intento de ocupar su mente durante diez o veinte minutos de lucidez diaria se convirtió en una pasión que le devolvió las ganas de vivir.

“Mis maestros de fotografía me decían lo impresionados que estaban por mi nueva pasión. Nunca les dije que ésta me estaba salvando la vida, que me estaba llevando de regreso a casa y que mi cámara era la herramienta principal de mi transformación,” confiesa el artista.

El punto de inflexión fue un amanecer en la Antártida, donde, rodeado por la quietud de un continente de hielo, rompió a llorar de gratitud. La fotografía se convirtió entonces en un "homenaje a estas creaciones naturales".

El concepto de "Liberación," plasmado en una de sus piezas más emblemáticas, revela el desafío más grande de su vida: la secuela neurológica que le dejó el accidente. “Esta condición paraliza diferentes músculos de mi cuerpo, que se desconectaron de mi cerebro al momento del accidente”, explicaba Soho. Esta lucha fue representada a través de la metáfora del caballo congelado en una pintura que, al desear liberarse, se convierte en la constelación de Pegaso. El viaje del equino simboliza “volver a ser uno con el universo, liberarse de esta parálisis, alcanzar la realización máxima”.

“Creo que todos los humanos elegimos venir aquí a pesar de las dificultades o desafíos que nos encontramos; todos tenemos una misión,” afirmaba. Su mensaje final a su público es una invitación a la voluntad: “Recuerda: tú y yo, todos somos un Pegaso y lo que nos define en esta vida es nuestra voluntad de desplegar nuestras alas”.

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El legado del alquimista y el amor propio

Para Martínez, el arte de Pepe Soho siempre estuvo dictado por el alma, tocando el lado espiritual y filosófico sin temor a la crítica. "Él adoraba los caballos y decía: 'el caballo se fracturó la columna.' Es momento de hacer la reverencia y decir hasta aquí está bien," comenta, aludiendo a la paz con la que trascendió.

La productora enfatiza que Pepe Soho "vivió 1000 vidas en 53 años" y que su mensaje más importante se centra en el amor propio: "Que se amen a sí mismos, que sigan sus sueños, que descubran sus pasiones, que lo den todo, porque esta vida es breve y uno está aquí para amar lo que hace".

El equipo de Pepe aseguró que su legado y su "medicina artística" no solo continuarán en México, sino que se impulsará su sueño de llevar Mystika al resto del mundo. El artista se fue "tranquilo," dejando una obra que es un testimonio de cómo el dolor puede ser alquimia para la luz.

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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