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Toda literatura tiene ?su precio: Meruane
En una premiación que reconoce a la literatura hecha por mujeres, la lectura del acta del jurado corrió por cuenta de Antonio Ortuño, que junto con Cristina Rivera Garza y Yolanda Arroyo fueron los encargados de dictaminar el premio.
Afuera, un huracán sacude los árboles, hace volar las hojas. Adentro, otro huracán, éste telefónico, sacude la cabeza de Lina Meruane, le hace reflexionar. Del otro lado de la línea, una voz le anuncia que su libro Sangre en el ojo es finalista del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que se otorga en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y le hace la pregunta más extraña que haya escuchado en mucho tiempo: que si está dispuesta a aceptarlo.
Es evidente que la respuesta fue sí: este miércoles, la escritora chilena recibió el galardón en el auditorio Juan Rulfo de la FIL Guadalajara.
Ésta es la vigésima vez que se entrega el galardón. Y por eso, Nubia Macías, directora de la FIL, hizo un recuento de algunas de las frases que dijeron en sus discursos de recepción algunas de las ganadoras como Marcela Serrano, Laura Restrepo, Ana Gloria Moya, Claudia Amengual, Claudia Pinheiro y Almudena Grandes.
DE LO BELLO A LO ATROZ
En una premiación que reconoce a la literatura hecha por mujeres, la lectura del acta del jurado corrió por cuenta de Antonio Ortuño, que junto con Cristina Rivera Garza y Yolanda Arroyo fueron los encargados de dictaminar el premio.
El jurado decidió premiar, de manera unánime, Sangre en el ojo por su prosa intimista y rigurosa, que atrapa al lector con la anécdota ( ) una novela sobrecogedora, formalmente arrojada, que ofrece una antropología interna de su narradora y una reflexión del tiempo que pasa por su cuerpo y su conciencia, y que equilibra con gran talento la búsqueda de un lenguaje personal con la seducción narrativa .
Sandra Lorenzano, vicerrectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, se refirió a Sangre en el ojo como una experiencia que lleva de lo bello a lo atroz, un relato envolvente, amoroso y cruel y dijo que se trataba de una exploración de la propia escritura, luego también era una exploración sobre la relación de la escritura y el cuerpo.
DISCRIMINACIÓN POSITIVA
En su intervención, y luego de recibir el reconocimiento y el cheque por 10,000 dólares que integran el premio, Lina Meruane hizo el relato de todas las cosas que cruzaron por su cabeza mientras recibía la noticia, comenzaban a aparecer las entrevistas y, al mismo tiempo, un huracán azotaba su lugar de residencia.
Dijo que un premio como éste es una beca para la siguiente novela ; relató cómo vinieron a su cabeza las historias de Sor Juana Inés de la Cruz (despojada de su biblioteca) y Virginia Woolf (se suicidó tras múltiples adversidades); cómo pensó en el hecho de que toda literatura tiene su precio ; cómo le empezó a hacer ruido la pregunta reiterada sobre un premio para mujeres , y cómo cayó en cuenta de que, en el fondo, era una especie de discriminación positiva .
Un premio como el Sor Juana, dijo: Es para exigir una ampliación del panorama y para darse cuenta de que es posible pluralizar el campo literario . Y fue más allá, al augurar que llegará el momento en que este premio deje de tener sentido y celebremos a Sor Juana por su grandeza y no por su tragedia .