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Arte e Ideas

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Compañía Mosobabio hace residencia en Teatro El Milagro

Las puestas en escena se ofrecerán hasta el próximo mes de mayo.

Todavía tengo mierda en la cabeza narra la historia de Janis, una joven que trae a la memoria lo vivido junto al primer amor y otros recuerdos de sus relaciones posteriores. Ese primer amor, una relación dañina que determinó su futuro en el amor, es descrito por Janis como un cúmulo de desecho humano, un peyorativo que para ella ilustra a la perfección las secuelas de eventos desafortunados que marcaron su vida a partir de esa relación.

La anterior es una de las obras que la compañía de teatro Mosobabio presenta durante su residencia artística en el Teatro El Milagro, donde, desde el pasado miércoles 6 de marzo y hasta el 3 de mayo, ofrecerá funciones de tres obras distintas: el reestreno de la mencionada obra Todavía tengo mierda en la cabeza (del 6 al 21 de marzo) y los estrenos de Seguir moviéndose hasta que alguien nos vea (del 27 de mayo al 11 de abril) y ¡Pulso! (del 17 de abril al 3 de mayo).

Con estas funciones, la compañía pretende abrir sus posibilidades de nuevo público y explorar teatralidades con alto ritmo escénico.

La primera de las piezas ya disponible los miércoles, jueves y viernes, hasta la próxima semana, en el foro ubicado en Milán 24, en la Juárez, fue escrita por la dramaturga Bárbara Perrín Rivemar, mientras que de las otras dos producciones, la segunda en turno fue dirigida por Alejandra Escobedo, y la última, por Manuel Cruz Vivas.

“La ternura es una palabra amable para la lástima”, dice contundente y sin atajos una línea de la obra ahora en cartelera, ejecutada por Belén Mercado, como actriz principal, acompañada con las actuaciones de Edgar Landa y Emmanuel Lapin.

La adolescencia, el hilo dramático

La ternura y la lástima, lo que era antes y lo que es ahora. Janis tiene mierda en la cabeza y la quiere sacar de ahí, pero ella también tiene una teoría: una persona sólo puede almacenar cierta cantidad de todo lo desagradable que recuerda, una persona puede más que eso, puede almacenar más que sólo eso y ésa es la razón para que en su relato Janis trate de encontrar esas otras cosas de las que estamos hechos los humanos, con la ayuda del público, quien hará una reflexión final.

Todavía tengo mierda en la cabeza, que se reestrena luego de tener temporada en el teatro El Cubo (Granjales Robles 28, Del Valle), en octubre del 2017, ha madurado a sus personajes, comentó su director. “Ahora tenemos un nuevo actor y eso hace que se modifique la obra, porque es una nueva persona y son nuevas propuestas, pero la frescura con la que se hace ahora el montaje es mayor. Además de que los actores tienen más asimilados a sus personajes y es más fácil entrar en la trama”, expresa.

Aunque no es el objetivo con el que Manuel inició este montaje, la obra escrita por una mujer originaria de Tijuana plantea situaciones personales de las que el director se sintió prendido por la cercanía a su vida y que ahora han cobrado relevancia con protestas de grupos feministas que piden libertad sexual para las mujeres en etapas como la adolescencia o atención a casos de violencia de género.

Cuarón, un director amoroso

En entrevista con Manuel Cruz Vivas, director de esta obra y actor de cine, quien tuvo una breve aparición en la multipremiada película Roma, de Alfonso Cuarón, nos comentó que trabajar con él fue una experiencia que generó una influencia definitiva en su trabajo.

“Es el director, tanto de teatro como de cine, con el que yo he estado, que más amoroso es con sus actores. Se preocupa por darte la confianza y seguridad. Te da indicaciones claras, pero no complejas y es obsesivo con el trabajo. Cuida el detalle, eso para mí era sorprendente y muy cansado, se repetían las escenas 30 veces, pero porque él quería que fuera como se lo imaginaba”, finaliza.

katia.nolasco@eleconomista.mx

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