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Santander, Sabadell y BBVA, los más activos en venta de carteras morosas
La limpieza inmobiliaria de los balances bancarios dio un salto de gigante con la macrooperación firmada hace unos días entre Santander y Blackstone.
La limpieza inmobiliaria de los balances bancarios dio un salto de gigante con la macrooperación firmada hace unos días entre Santander y Blackstone. La cartera se tasó a un tercio de su valor contable y el fondo oportunista desembolsará 5,100 millones de euros por 51% del vehículo inmobiliario que se ha creado a tal fin.
La transacción implica, además, la vuelta a la arena de Santander, que apenas tuvo protagonismo el año pasado. Sólo coló una transacción entre las 15 mayores del ejercicio. Este año, además de la operación Popular, traspasó dos bloques pequeños de riesgo por 388 millones.
Según fuentes del mercado, la baja calidad de los activos de Popular obligó a decantarse por una venta en bloque grande y rápida para que aflore cuanto antes la rentabilidad del negocio puro bancario. Esta transacción ya no tiene vuelta atrás, aun en el supuesto de que la justicia decidiese que la resolución de Popular fue contraria a derecho. La ley dice que cuando una operación comercial afecta a un tercero que ha actuado de buena fe, ésta es válida, según explican fuentes jurídicas.
La operación ha sido la mayor de la historia en España y también supera a otras transacciones jumbo a nivel europeo, como el paquete de 17,700 millones de euros que el italiano UniCredit vendió en julio a Fortress y Pimco. También está por encima de los 26,100 millones que Monte dei Paschi va a sacar de su balance con ayuda del fondo Atlante.
Junto con Santander, el otro banco que más lastre ha soltado en los últimos meses para evitar que el ladrillo le siga consumiendo capital y reducir más rápido su morosidad es Sabadell. En lo que va del año se ha desprendido de dos paquetes valorados en 1,750 millones de euros. Tiene previsto sacar al mercado otro, bajo el nombre de proyecto Voyager, por 1,000 millones de euros más. En tres años, la entidad catalana ha realizado por esta vía un saneamiento de 9,000 millones de euros.
Bankia realiza las operaciones más pequeñas, debido a que casi todo su riesgo inmobiliario está aparcado desde el 2012 en el banco malo Sareb.
La transacción del riesgo de Popular tiene el tamaño con el que soñaban los fondos oportunistas que se dedican a comprar este tipo de activos dañados desde que aterrizaron en España, al comienzo de la crisis.