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Sector Financiero

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Crisis del 95, blinda a la banca mexicana: ABM

El titular de la entidad dijo que las lecciones aprendidas durante la crisis de 1995 que resultaron en una estricta regulación, permitieron al sistema bancario mexicano soportar los embates de la reciente crisis financiera global.

Las lecciones aprendidas durante la crisis de 1995 y 1996 que resultaron en una estricta regulación, permitieron al sistema bancario mexicano soportar los embates de la reciente crisis financiera global, aseguró el presidente de la Asociación de Bancos de México, Ignacio Deschamps.

El líder de los banqueros subrayó que la crisis actual permitió poner a prueba todo lo que las autoridades financieras construyeron en el país respecto al marco regulatorio para prevenir que no sucediera algo parecido a lo de mediados de 1990 y funcionó.

Explicó que la actual crisis, la más severa de las que se tiene registro a nivel mundial, empezó en el sector bancario de Estados Unidos por un mal otorgamiento de crédito hipotecario, que después se exportó al resto de los mercados a través de productos empaquetados para inversionistas.

Ello, contaminó primero al sistema bancario internacional y luego a la economía real global, agregó el también presidente del Consejo de Administración del Grupo Financiero BBVA Bancomer en entrevista.

Para ilustrar el tamaño de la crisis, comentó que en Estados Unidos el importe de las ayudas públicas del gobierno a través de capital y garantías al sistema financiero representa una cuarta parte de su Producto Interno Bruto y en el Reino Unidos el 64 por ciento.

Deschamps González destacó que "sin duda, esta enorme y fuerte crisis mundial, en México puso a prueba su sistema financiero y éste resistió".

Refirió que en el país se hizo una verdadera reforma estructural del sector financiero después de 1995, que cambió prácticamente toda la regulación, los sistemas de administración de riesgos y de mercados.

Destacó que los niveles de capital, que representan la fortaleza financiera de la institución para soportar pérdidas no esperadas, se mantuvieron por arriba del 15% durante todos los trimestres de esta crisis.

Al cierre del 2009 el Índice de Capitalización del sistema bancario mexicano ascendió a 17.3%, mientras que el de los 15 bancos más grandes de Estados Unidos, después de las aportaciones del gobierno federal de ese país, se ubicó en 10.5 por ciento.

Reconoció que sí hubo momentos de mucha tensión en México después de la quiebra de Lehman Brothers, especialmente entre los meses de octubre del 2008 y marzo del 2009, en donde las autoridades financieras y la banca en una estrecha colaboración lograron mantener la liquidez del sistema bancario cuando en otros países se dejó de prestar.

Así, dijo, aunque el flujo de crédito efectivamente se desaceleró, tuvo una mayor resistencia que la actividad económica; el crédito durante la crisis descendió 1% a diciembre del 2009, mientras que el Producto Interno Bruto del país cayó 6.5 por ciento.

Si bien, señaló, la operación de la banca mexicana no tuvo afectaciones, si se observó un impacto en el crecimiento de su cartera vencida, que se duplicó en dos años alcanzando su pico más alto en junio del 2009 con 4%, para empezar a ceder y cerrar el año con 3.3 por ciento.

En 1997, la cartera de crédito vencida alcanzó un nivel de 27%, lo que hizo necesario rescatar el sistema financiero para garantizar el ahorro de los mexicanos, agregó.

Para Ignacio Deschamps sin duda se aprendió la lección de la crisis mexicana de 1995 y que le costó a la banca ocho años (1995 a 2003) para empezar a crecer de manera franca su crédito en todos sus segmentos.

Explicó que en noviembre del 2008 la banca reportó el otorgamiento de crédito más alto por un billón 660,000 millones de pesos para después empezar a desacelerarse y tocar fondo en agosto del 2009.

A partir de entonces, señaló, se observa un crecimiento mensual constante del crédito -del 0.5%-, especialmente en las empresas y vivienda, mientras que las caídas en el crédito al consumo cada vez son menores y se espera alcance terreno positivo hacia el segundo trimestre del 2010.

No obstante, subrayó que el papel de la banca ahora es prestar de manera responsable -toda vez que tan solo entre 10 y 15% son recursos propios de los bancos y el resto de los ahorradores- para impulsar la economía.

"En conclusión, no hay daños estructurales en el sistema financiero mexicano, por lo tanto la banca tiene la solidez, la solvencia y la liquidez para poder impulsar la reactivación de la actividad económica con mucha naturalidad", apuntó Ignacio Deschamps.

RDS

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