Lectura 3:00 min
Gobierno, sin interés en restaurar confianza
EL CIDAC considera que la comprensión de la desconfianza social por parte del gobierno federal podría significar una cínica visión de una autoridad confiada en la inacción del hartazgo.

Si bien el presidente Enrique Peña Nieto pretende dar señales acerca de un legítimo interés en restaurar la confianza de los mexicanos; la realidad continúa delineando un escenario poco halagüeño, expone el Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC).
En entrevista con The Financial Times, previa a la visita de Estado a Reino Unido, el titular del Ejecutivo federal reconoció que en México se vive un entorno de incredulidad y desconfianza .
Tras dos años de aparentes éxitos en la gestión del gobierno federal encaminada a sacar reformas en distintas materias, la administración federal ha encarado una agresiva tormenta de críticas desde la opinión pública nacional, con su respectiva réplica a nivel internacional.
El denominado Momento mexicano se ha visto empañado por escándalos, descontento social y cuestionamientos no sólo a la Presidencia de la República, sino al resto de las instituciones en el país.
El think tank, presidido por Luis Rubio, recordó que en la citada entrevista, el titular del Ejecutivo, enfatizó en que el gobierno en turno sí estaría consciente de la grave situación en México, en especial dado su pobre desempeño económico y el creciente malestar de la ciudadanía -particularmente la más interesada e informada.
CIDAC refiere que aún con el descontento, las protestas, las observaciones de la opinión pública, y hasta los exabruptos de grupos económicos relevantes, la administración Peña ha conseguido, hasta el momento, sacar adelante su agenda. En pocas palabras, la conservación del poder, el interés fundamental de las actuales autoridades, no está en riesgo .
Sin embargo, un desacierto en la conducción de la situación, o falta total de conducción, podría generar una situación crítica.
Para el CIDAC la comprensión de la incredulidad y desconfianza social por parte del gobierno federal, más que un mero recurso retórico para llenar los ojos de la opinión pública internacional, podría significar una cínica visión de una autoridad relativamente segura de sí misma, confiada en la inacción del hartazgo, en el nutrimento de sus redes de complicidades, y en el recurso tan socorrido de la simulación impune .
Ante ello, este centro de análisis concluye que escuchar que la administración federal entiende la situación, más que un signo de ignorancia, es un inquietante signo de que, a pesar de los deseos de los defensores de la transición democrática y sus virtudes, las cosas continúan sin cambios esenciales.