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Libertad bajo ataque

L.M. Oliveira
Estamos ante una ofensiva autoritaria: la semana pasada hablamos de que un juez del estado de Jalisco vinculó a proceso a los integrantes de la banda musical “Los Alegres del Barranco” por interpretar un corrido y mostrar una imagen del Mencho, esta semana atestiguamos tres ataques más contra la libertad de expresión: 1. Las disculpas que exigió el senador Noroña a un ciudadano que lo increpó con discurso ofensivo en una sala de espera. 2. La petición del senador Morales de sancionar, incluso con cárcel, a quienes solicitan a la población abstenerse de votar en la elección judicial. 3. El caso De Mauleón, que hoy nos ocupa.
Tania Contreras, quien fue consejera jurídica del gobierno de Américo Villarreal y hoy es candidata a magistrada del Supremo Tribunal Electoral interpuso ante el Instituto Electoral de Tamaulipas una denuncia contra el periodista Héctor De Mauleón por una columna en la que informó, con base en filtraciones de Guacamaya, que “El 18 de agosto de 2022, el entonces secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, solicitó […] una investigación sobre presuntos delitos cometidos contra el sistema de aduanas durante la gestión de Horacio Duarte como director de la Agencia Nacional de Aduanas de México […] En un oficio enviado en esa fecha, el general Sandoval hizo referencia a la existencia de una red de corrupción, sobornos, extorsiones y tráfico de huachicol, que involucraba al administrador de Operación Aduanera: Juan Carlos Madero Larios”. El señor Madero Larios es cuñado de la candidata Contreras. Acusa De Mauleón: “Es un ataque directo a la libertad de expresión, un acto de censura previa y algo que no podemos aceptar, porque en cuanto lo aceptemos cualquier otro va a llegar a decir ‘no me gusta esto, lo tienen que bajar y además no me pueden volver a mencionar’ y nos van atando las manos”. Tiene razón: aceptar ese criterio sería normalizar la censura del periodismo crítico. Este mismo mes Artículo 19 levantó la voz contra una sentencia que condenó a multa, disculpa pública y eliminar su artículo al periodista Ángel Camarillo por violencia política de género. Su infracción: “hizo referencia a más de diez casos de vínculos familiares entre las personas que aspiraban a un cargo público y quienes ocupaban dicho cargo”. La legislación que protege a las mujeres de ser víctimas de violencia política de género puede tener buena intención, pero, como vemos, también se puede usar para silenciar opositores. Por eso es que no parece buena idea usar la censura para detener ofensas.
Lo grave de todo esto es que la libertad de expresión es central para denunciar los abusos, la corrupción, los errores del poder. Sin libertad de expresión no hay democracia. Todo político que no trabaje activamente para protegerla es enemigo de la democracia, defensor del totalitarismo que pide loas de los suyos y silencio y abnegación de los opositores.
X: @munozoliveira

