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Opinión

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Financiamento del desarrollo productivo

México enfrenta un bajo acceso al crédito, especialmente para PyMEs, pese a experiencias exitosas. La banca privada limita el financiamiento. Urgen acciones conjuntas para fomentar el crecimiento económico mediante tasas bajas y fondos internacionales.

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Sergio Mota Marín

Uno de los problemas más relevantes que surgieron en la pasada reunión bancaria fue el financiamiento insuficiente. La presidenta de México reconoció: “Sí tenemos un problema, el acceso al crédito; si queremos crecimiento y bienestar para la población el objetivo de la banca y el gobierno es mejorar el acceso al financiamiento”.

Con cifras producidas por el Banco Mundial y dadas a conocer por El Economista, el crédito al sector privado no financiero en México al cuarto trimestre de 2024 fue de solo el 33% del Producto Interno Bruto. Comparativamente con Japón y Estados Unidos, queda muy abajo, dado que en estos países fueron de 196% y 192% respectivamente.

Si nos comparamos con países en desarrollo como Chile y Brasil, igualmente estamos rezagados. En ambos países las cifras son de 110% y 72% respectivamente, igualmente en relación con el PIB.

En nuestro país el sector más necesitado de financiamiento es el de la pequeña y mediana empresa, que representa el 90% de las instalaciones productivas y son las mayores generadoras de empleo.

Hay experiencia valiosa de intentos de apoyar a la pequeña y mediana empresa a través de fondos de fomento, particularmente de la banca de desarrollo, específicamente de Nafinsa. La dificultad del crédito está en la banca privada. De ahí que los planteamientos que se hicieron en la pasada reunión bancaria de bajar las tasas de interés en los préstamos y ampliar la posibilidad de créditos, es un signo positivo de posibilidades.

Pero si los datos dados a conocer advierten un problema global, en los estados del país es menos favorable. Solo pocos de ellos tienen fondos de fomento apoyados por la banca de desarrollo. Esto explica el crecimiento limitado de la economía privada. Un ejemplo de ello es que 19 entidades del país mostraron un deterioro en la actividad industrial en este año.

También en algunos estados del país existen uniones de crédito, que son integradas por empresas del mismo ramo de actividad económica y que surgen como deudores solidarios para apoyar a las empresas en la obtención de créditos.

Existe una veta de posibilidades para la obtención de créditos a la pequeña y mediana empresa. Se trata de recursos del Banco Mundial que presta a tasas bajas a la banca de desarrollo de los países, mismos que a su vez canaliza a través de la banca privada. Esta fórmula ha sido utilizada en México con éxito.

Hay experiencias nacionales e internacionales que, de ser utilizadas, permitirían apoyar el financiamiento, sobre todo en una coyuntura económica como la actual, en que la actividad económica solo se estima que crecerá en menos del 1% según la Comisión Económica para América Latina.

Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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