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Opinión

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La disrupción geopolítica planificada empieza a sonar a caos para los commodities

El clima es el patrón de momento, el Medio Oeste norteamericano anda muy bien, diremos que ya casi todo sembrado y con promesas de lluvias.

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Buenos días, buenas tardes, buenas noches, siempre es un placer saludarte.

De momento, gozando al menos 90 días de tregua tarifaria entre las dos más grandes economías del planeta. En estos días, lógicamente hay que ajustar cuentas con algunos países que no están pasando al besamanos tarifario en la Casa Blanca, o lo hacen solo enviando un mensaje de poca emotividad.

Mientras todo eso sucede, la agenda interna norteamericana defina la política de gasto y contribución, el inquilino de la Casa Blanca le llama “Big beautiful Bill”.

Dicho proyecto de ley pasó la Cámara Baja en un arrebatado mayoriteo en el que los demócratas aplicaron sonido de grillos buscando contagiar algún republicano que rompiera el balance.

Eso no sucedió y ahora el Senado tendrá que hacer lo suyo y el resto es un procedimiento de tuya - mía, que muy seguramente derivará en el motivo de preocupación y ocupación del presente espacio.

Estados Unidos tiene un serio problema de deuda y una imparable obligación de gasto que supera en todo los ordenes su capacidad de generación.

Elon Musk lo intentó, y si bien está claro que deben cortar en términos de gasto, la voluntad política simplemente no existe.

Cuando las cuentas se ponen al futuro, el mercado no quiere ser patrocinador de estos desbalances y ahí es donde está el ombligo de toda la problemática de mercados.

Los bonos norteamericanos deben ofrecer rendimientos muy jugosos sobre el largo plazo para intentar convencer a los inversionistas en poner su dinero hoy a cambio de dicho rendimiento mañana.

La curva de las tasas a corto y largo plazo más allá de su pendiente hace evidencia de una increíble preocupación y de ello se desprende la duda en la planeación de capitales e inversiones.

El dólar se debilita y en breve tendremos la trifecta de inflación creciente producto de los aranceles, detenimiento económico producto de la duda en el mercado de capitales y la presión política al titular de la Casa Blanca que había prometido alinear los colores del cuadrado de Rubik sin esfuerzo y casi con los ojos cerrados.

En este entorno, lo geopolítico sigue siendo preocupante, Rusia está haciendo como que negocia golpeando como nunca en Ucrania y Oriente Medio está metido en un callejón sin salida.

Los lideres del mundo conducen un camión que acelera progresivamente en dirección de una pared, y en lugar de detener la inercia siguen peleando por los asientos dentro del camión.

¿Y los mercados de commodities? Bueno pues el clima es el patrón de momento, el Medio Oeste norteamericano anda muy bien, diremos que ya casi todo sembrado y con promesas de lluvias.

Brasil cerrando su ciclo tardío del que el mundo espera mucho maíz, habrá que ver cuánto de ello reclama la creciente industria de etanol en tierra carioca.

Mientras todo eso sucede, la Argentina de Milei aun le deja claro oscuros a los agricultores con el tema de los impuestos a la exportación, el cierre del ciclo y ya en plena cosecha, aun tenemos por descifrar cuánta soya se puede perder con el exceso de lluvias en algunas zonas.

Y si bien deberíamos agregar algo sobre México, tristemente diremos que la sequia no afloja y de ello charlaremos más adelante, pues estaremos presentes en los mercados importadores rompiendo récord.

Ya que estamos en eso de la sequía, levantamos un punto de atención en la zona triguera de Rusia y Ucrania, donde recientemente se les vino una helada considerable y los pronósticos lluviosos no son de lo más generosos.

Los especuladores están muy vendidos en trigo y eso lógicamente sugiere que cuando choque el metal con el metal, saldrán las chispas que pudieran hacer combustión súbita en una cámara de riesgos que tiene mucho combustible volatilizado en el ambiente.

Esto de los mercados tiene un poco de todo para todos, nos encantaría charlar de cosas fundamentales, pero de momento están también en el camión que va de frente contra la pared buscando su asiento.

No quiero decir quién conduce, pero me imagino que “ya tú sabes”.

¿En estos tiempos de volatilidad, estas en buenas manos?

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