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Una buena salida frente a las amenazas de Trump, ¿por cuánto tiempo?

Gerardo Flores Ramírez / Ímpetu Económico
El anuncio que hizo primero la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el acuerdo alcanzado con el gobierno de los Estados Unidos (EUA) durante la llamada que sostuvo con el presidente Donald Trump, es sin duda una buena noticia. Hace bien la presidenta en presumirlo como logro. Desafortunadamente, es altamente probable que la sensación de victoria dure relativamente poco.
Primero, porque ello no es exclusivo de Sheinbaum. Trump y sus voceros se dedicaron todo el día de ayer a comentar en redes sociales y medios electrónicos sobre cómo doblegaron a México y Canadá.
En mi colaboración del 21 de enero escribí en este espacio que para evitar que se hiciera realidad la amenaza de los aranceles que Trump anunció el mismo día que rindió protesta, México tendría que asumir compromisos creíbles -desde la óptica del gobierno de EUA- respecto de políticas para frenar el flujo migratorio a ese país, así como reducir el tráfico de fentanilo al mercado de EUA.
Estrictamente hablando, lo que Trump buscaba era la foto, por así decirlo, para presumir a su electorado, que le es relativamente fácil obtener concesiones de México y Canadá, en esas áreas. Diversos medios afines a la derecha norteamericana ayer se dedicaron a destacar las concesiones que Trump le arrancó a la presidenta Sheinbaum y al primer ministro Trudeau, de Canadá. Pero con lo que conocemos de Trump, por su primer periodo como presidente, sabemos que el dulce sabor de esta “aparente” victoria, pronto se diluirá y entonces regresará con renovados bríos para volver a presionarnos.
Entre otras razones, porque en Estados Unidos, diversos analistas que tienen eco en medios de comunicación, han empezado a sembrar la duda sobre qué fue lo que realmente ganó Trump con este episodio que generó mucha adrenalina entre analistas, inversionistas y políticos. Sobre lo anunciado después de la llamada con Claudia Sheinbaum, algunos empezaron a recordar que ello era supuestamente un compromiso que la presidenta de México había asumido con Trump en su primera conversación telefónica en noviembre, cuando apenas era presidente electo.
Lo mismo ocurre con el caso de Canadá. Algunos analistas políticos recordaron que el supuesto compromiso de Trudeau para invertir 1,300 millones de dólares canadienses para reforzar la vigilancia de su frontera con EUA, en realidad es un plan que el primer ministro ya había anunciado desde diciembre del año pasado.
Así que con el paso de las horas y los días, cuando los medios norteamericanos empiecen a reportar con mayor detalle y se genere esa sensación de que la ganancia para los EUA fue mínima o puro aire, es altamente probable que observemos a un presidente Trump enojado por la poca credibilidad que le darán varios de esos medios, y con ello, veamos esa actitud de negociador que busca avasallar, para mandar la señal de que cumplidos los 30 días de la prórroga que le dio a Sheinbaum y Trudeau, volverá a dar un manotazo.
No le gustará ser el hazmerreír en el universo mediático, tanto a nivel de los EUA como a nivel internacional. Así que nadie se sorprenda cuando a principios de marzo nos enteremos de una nueva amenaza arancelaria. El problema, tanto para México, como Canadá y el propio EUA, es que la idea de las amenazas arancelarias latentes sobre el horizonte de corto y mediano plazo se traducen en un ambiente de mayor incertidumbre y por tanto de mayor volatilidad en el precio de las monedas y de los instrumentos de deuda pública, lo que afectará muchas decisiones de inversión, y con ello, se reafirme la expectativa de que durante 2025, la economía mexicana crecerá muy poco nuevamente. Lo que no es bueno.
Por cierto, me llamó la atención que la presidenta Sheinbaum revelara ayer que desde el viernes habían intentado infructuosamente organizar una llamada telefónica con Trump, y que solo el domingo por la noche, por aviso de la Embajada de EUA, se enteraron que Trump llamaría ayer a las 8 am. Deja ver que en realidad nuestro gobierno estuvo a oscuras durante mucho tiempo. Y no dijo nada sobre qué comentaron en la llamada respecto de la acusación formal sobre el supuesto vínculo del gobierno con los cárteles.
*El autor es economista.