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¡Orejas y rabo!

La Comisión Federal de Electricidad no está en posibilidad de presumir avances y logros significativos en materia de eficiencia financiera o en incremento de la producción eléctrica...
La mayor satisfacción a la que un torero puede aspirar, es la concesión del presidente de plaza del trofeo que consiste en las dos orejas y el rabo del toro ante un toreo de impecable calidad. Así, el esmero con capote, muleta, banderillas y espada, deben converger en una armonía absoluta para que la plaza pida frenética la máxima recompensa con el pañuelo blanco ondeado al aire. La faena se construye con paciencia y cadencia, tal cual se edifica la estrategia en un negocio. Y vaya negocio que la compañía Iberdrola hizo al vender 13 plantas de producción eléctrica equivalente a 8,534 megavatios en una operación de cerca de 6,000 millones de dólares. Y afirmamos que esta es una real faena la que Iberdrola le ha practicado a México; sobre todo en un ambiente de crecientes tensiones y complicaciones como las que se habían gestado, además de que dicha venta no necesariamente representa un arreglo favorable para la producción futura de energía limpia; viraje al cual inevitablemente está tornando el mundo.
Pero más allá de que una empresa como la mencionada haya encontrado una vía efectiva de salida para el entuerto y la incomodidad, está la real posibilidad de encontrar una dificultad insalvable en la administración y gestión de las plantas adquiridas. La Comisión Federal de Electricidad no está en posibilidad de presumir avances y logros significativos en materia de eficiencia financiera o en incremento de la producción eléctrica. Es más, en este último rubro aludido, en cuatro años la producción eléctrica del país ha caído un preocupante 8 por ciento. Además, en cuanto a la rentabilidad de la CFE, estamos ante una empresa que para el pasado año generó un cúmulo neto de ganancias de alrededor de 425,000 millones. Sin embargo, el gasto total de la Comisión fue de 552,400 millones de pesos; la pérdida generada equivale a casi seis veces el presupuesto anual del Instituto Nacional Electoral. Con un escenario donde se ha incrementado a razón de un 6% anual el gasto corriente de la empresa nacional, no se ha logrado ni incrementar la ganancia, pero si se ha incrementado exponencialmente el gasto no productivo.
En el criterio mexicano, la contabilidad pública indica que una compra genera una erogación que se soporta comúnmente con deuda. De ahí, si bien las plantas generadoras son una adquisición aparentemente productiva, se tienen que contar con previsiones que sostengan los gastos de mantenimiento que las mantendrá eficientemente operativas. En nuestro país, el acomodo de prioridades para la dispersión de fondos destinados al mantenimiento de infraestructura ha sido, es y será un tema difícil. ¿Está listo el estado mexicano para ello?
Por lo pronto en el ruedo Iberdrola da la vuelta triunfal, portando dos orejas y un rabo comprados con los recursos de los mexicanos quienes vemos con anhelo, que en esta corrida también tengamos algo que festejar.
Twitter: @gdeloya

