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Geopolítica

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La salud de Clinton y Trump es tema de debate

Hillary Clinton fue diagnosticada con un cuadro de neumonía. El diagnóstico de la candidata demócrata levanta dudas, no sólo sobre la salud de la candidata demócrata, sino sobre los aspirantes en general.

Hace ocho años, escribí un informe médico sobre la salud del entonces candidato presidencial Barack Obama, cuyo médico personal había estado con él durante 22 años. Ese informe era de 276 palabras y describía la salud de Obama como excelente. Me burlaba de la expedición de un breve informe de este tipo, pero no había nada de importancia en la historia médica de este hombre sano de 47 años.

Mientras tanto, el republicano John McCain de 71 años con antecedentes de cáncer de piel divulgó unas 1,200 páginas de documentos para que fueran revisados por reporteros. Los dos principales candidatos a la Presidencia son casi tan viejos como McCain en el 2008. Después de haber estado en la práctica desde hace 50 años al servicio de una población de pacientes predominantemente geriátricos, puedo dar fe de que los estadounidenses necesitan mucha más información médica de los candidatos. Si es elegido, Trump, de 70 años, sería la persona de mayor edad en llegar a la oficina oval, mientras que Clinton, de 68 años, estaría en segundo lugar, detrás de Ronald Reagan. A esta edad, las cosas comienzan a suceder.

¿Qué sabemos sobre Clinton? Es importante destacar que merece el crédito por haber divulgado una útil carta de dos páginas de su médico en julio del 2015, pero por desgracia ese documento plantea tanto preguntas como respuestas.

Nos dijeron que Clinton tiene un hipotiroidismo que se está tratando con una hormona de reemplazo y que tiene un historial de padecer tromboflebitis (trombos venosos) en sus piernas. Esto me lleva a preguntarme si estos coágulos fueron provocados por un traumatismo o por alguna otra causa, ya que los coágulos no provocados tienen un pronóstico más preocupante. En la época de su caída en el 2012 y su concusión cerebral, Clinton sufrió una trombosis venosa en el cerebro y ahora se encuentra bajo el tratamiento de un anticoagulante llamado Coumadin. Éste es un fármaco difícil de controlar y es necesaria la supervisión de la protrombina y una medición sobre cuánto tiempo tarda la sangre en coagular.

Los médicos debemos ver un registro de sus tiempos de protrombina para evaluar la adecuación del control. Hay nuevos medicamentos anticoagulantes que no requieren dicha vigilancia o restricciones en la dieta y medicamentos. ¿Por qué ella no está bajo esta medicina más eficaz?

A Clinton le tomó hasta seis meses recuperarse y durante dos meses tuvo visión doble. Esto no fue una conmoción cerebral simple. En el 2013, según la carta de su médico, su examen neurológico salió normal. Eso fue hace tres años. Las concusiones cerebrales pueden causar deterioro cognitivo. ¿Un examen neuro-psicológico podría mostrar algún cambio?

Todo esto es un poco injusto para Clinton; sin embargo, ella termina bajo un mayor escrutinio como consecuencia de actuar de manera más responsable que su oponente. Podemos hacer preguntas específicas acerca de su salud, ya que ha estado dispuesta a compartir información importante, incluso si es insuficiente. Por el contrario, no sabemos nada de la salud de Trump. Una carta de una página de su médico un gastroenterólogo, no es el tipo de médico que por lo general proporciona atención primaria informó que la fuerza y resistencia de Trump, era extraordinaria . Nos dijeron inequívocamente que iba a ser la persona más saludable en ser elegido a la Presidencia . Esta impresionante y poco profesional carta escrita apresuradamente contenía sólo la información médica mínima.

Esencialmente, no tenemos información médica sobre Trump. Es imposible saber qué preguntas hacer. Se nos dice que no ha tenido ningún problema médico significativo . Se nos dice que Trump juega golf con regularidad. Se nos dice que su estado cardiovascular es excelente . Me gustaría ver la documentación. Es un septuagenario pidiéndole a los votantes que lo coloquen en uno de los trabajos más exigentes en la tierra. Tenemos que ver su historial médico.

A lo largo de la historia de este país, desde el ataque de Woodrow Wilson, la polio de Franklin D. Roosevelt a la enfermedad de Addison de John F. Kennedy, los estadounidenses no han tenido la información médica importante acerca de sus líderes. No es de extrañar que tengan tantas preguntas este año, pero la especulación y las preguntas sin responder no le hacen bien a nadie, ni a los electores, ni a los candidatos. McCain estableció el estándar. Los informes médicos de Clinton y de los médicos personales de Trump no son suficientes.

David L. Scheiner es profesor adjunto en la Escuela de Medicina de la Universidad de Illinois.

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