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Dreamliner, el avión que enamoró
El avión es el primero de nueve equipos 787-8 que Aeroméxico operará, cinco de ellos bajo arrendamiento con ILFC, pero en total operará 19 incluidos 10 aviones 787-9 ordenados el año pasado. La aeronave se fue al nuevo hangar de la empresa y será presentado oficialmente el 21 de agosto del 2013.

A punto de la saturación total, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México recibió este viernes 16 de agosto el primer Boeing 787-8 (el mentadísimo y moderno Dreamliner) con los colores azul y blanco de Aeroméxico que venía de la fábrica en Everett, Seattle.
Su descenso atrajo miradas.
Me acabo de enamorar del avión que acaba de pasar. Las alas están hermosas , escribió la hermana de César Oznaya, locutor de En el aire, en un mensaje de texto que comparte con gusto y en voz alta. Él está en la terminal aérea y ella en el poniente de la ciudad. Son las 19:39 horas.
Oficialmente, un minuto después la aeronave tocó tierra. Así lo apreciaron en vivo cientos de personas durante la transmisión que hizo la aerolínea en Facebook. La histórica escena también fue captada directamente por decenas de cámaras fotográficas, ipods, ipads y teléfonos móviles.
Antes de tomar su posición, la 57, de la terminal 2 del aeropuerto, el Dreamliner recorre las calles de rodaje con lentitud. Con el orgullo de saberse mirado, se detiene un poco. Luego avanza.
El vuelo de cuatro horas con 40 minutos no registró contratiempos.
Antes de llegar a conectarse al pasillo móvil de donde descenderán los 116 exclusivos pasajeros, la aeronave deberá recibir chorros de agua lanzados por dos unidades CREI (Cuerpo de Rescate y Extinción de Incendios del aeropuerto). Es el bautizo. La tradición.
Y eso ocurre entre aplausos, sirenas y flashes. Hay trabajadores de la línea aérea que pueden mirarlo a menos de 10 metros. Otros lo hacen a distancia y a través de grandes ventanas. Muchos se imaginan viajar dentro en él. No hay más, causa sensación.
Seguramente alguno de los pilotos presentes anhela volarlo como lo hizo por primera vez el capitán Carlos Arroyo, con más de 20 años en Aeroméxico. Fue el elegido y está feliz, por eso en más de cuatro ocasiones levanta el brazo para saludar desde la cabina de mando. Su pulgar hacia arriba refiere que todo salió bien.
NEGOCIOS SON NEGOCIOS
Aeroméxico optó por integrar a su flota 19 Dreamliners (nueve del modelo 787-8 y 10 del 787-9), cada uno con un valor cercano a los 200 millones de dólares. La idea es utilizarlos para vuelos internacionales, ya están en la mira Japón, Francia y Estados Unidos, para reforzar el objetivo que está en la agenda sus directivos: ser la aerolínea bandera de México, como antes lo fue Mexicana de Aviación.
Por lo pronto, el primer equipo llegó a través de un arrendamiento con International Lease Finance Corporation (ILFC).
La configuración elegida para el avión de doble pasillo es de 32 asientos-cama en clase premier y 211 en clase turista.
Van Rex Gallard, vicepresidente de Ventas para América Latina, África y el Caribe de Boeing Commercial Airplanes y gran operador de la transacción ha asegurado que el Dreamliner ofrecerá a Aeroméxico mejoras en términos de eficiencia operativa, consumo de combustible, costos y mantenimiento.
En un comunicado emitido por la ocasión, Aeroméxico menciona a sus inversionistas: Los pasajeros también podrán disfrutar de ciertas características que han sido mejoradas en el diseño del 787 como cabinas más amplias, espacios más grandes entre asientos, sistemas de entretenimiento con pantalla táctil, ventanas más amplias, entre otras novedades interesantes.
Panasonic y Recaro son algunos de los principales proveedores de Boeing. La comodidad en vuelos transoceánicos es una prioridad y esa es la apuesta de la firma mexicana que antes de concluir 2013 recibirá dos equipos 787-8 más.
EL SALUDO AMIGO
Ya en la posición 57, los pasajeros transitaron por el pasillo móvil conocido como gusano o manga antes de llegar a la sala.
Eduardo Tricio, presidente del Consejo de Administración de Grupo Aeroméxico desde el pasado 12 de febrero, camina por delante. Sonríe y charla con Andrés Conesa, director de la empresa, que va a su lado derecho. Al segundo le tocó vivir todo el proceso de compra de aviones y anunciar el año pasado la mayor inversión de la industria de la aviación para renovar la flota, 11,000 millones de dólares, mientras Tricio se dedicaba de lleno a dirigir Grupo Lala.
Ambos se detienen por segundos y devuelven los saludos que les mandan desde abajo sus trabajadores de tierra. Con ellos las cosas van bien. Con los sobrecargo aún persisten los conflictos laborales.
El titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil, Alexandro Argudín, fue otro de los invitados de honor. En el recaen todas las autorizaciones para que el Dreamliner pueda estar, comercialmente, operando.
Apasionado por la aviación, el funcionario tuvo oportunidad de recorrer la planta de fabricación en Everett y de hacer preguntas a los expertos. Ya compartirá sus comentarios. Se dice que una réplica del nuevo avión de Aeroméxico se sumará a las que tiene en su oficina, donde ya posa un modelo a escala de Interjet, el otro gran jugador en la aviación mexicana.
Luego de más de 50 minutos de ajetreo y de cabelleras despeinadas, un representante de Aeroméxico que se ha comunicado constantemente con sus jefes que venían en la aeronave dice con satisfacción y voz cansada: Por fin llegó. Y suspira.
Sí, el Dreamliner llegó y enamoró a algunos.
JSO