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Donde la etiqueta es tradición y dictadura
Los códigos que hay que seguir en el torneo londinense son irrenunciables.

En tiempos del torneo de Wimbledon el condado de Kent debe despertar a las 5:30 de la mañana. En sus jardines se recolectan fresas que son enviadas al All England Lawn Tennis and Croquet Club. Es el postre tradicional desde 1911, cuando Jorge V era el rey.
El torneo en hierba más famoso del mundo y el más elegante de toda la gira ATP y WTA ha comenzado, como ya es su costumbre, bajo sus estrictos códigos. Pertenecer al club es, con el paso de los años, una misión casi titánica.
All England tiene sus códigos irrenunciables: las flores, más de 50,000, están repartidas por todo el recinto y son de color malva, verde y blanco, las mismas tonalidades de la instalación; no hay basura en el suelo y los soportes de las redes de tenis son de madera barnizada; hay más de 250 recogepelotas; 28,000 kilos de fresas y 7,000 litros de crema cada año repartidos en raciones de 10 que cuestan 2.80 euros y el estadio casi está libre de publicidad.
¿Le encantaría ser miembro del más prestigioso club de tenis en el mundo? Sólo necesita cuatro cartas y que las expida Roger Federer, Venus Williams, Novak Djokovic y Rafael Nadal o cualquier campeón del torneo y dos de ellos deben conocerle al menos tres años. Tiene 375 miembros de pleno derecho y unos 100 temporales. Hay reglas para todos, para los deportistas, visitantes, miembros.
Los tenistas tienen un código de vestimenta estricto implementado desde 1877 y dicta que todos deben vestir de blanco. No hay negociación.
Además, hay que reducir hasta los 25 centímetros cuadrados los logos de las empresas que visten a los tenistas y si a un jugador se le ocurre llegar tarde a un partido, es descalificado.
Desde la década de los 80 han surgido las rebeliones de los jugadores. El estadounidense Andre Agassi decidió no participar entre 1988 y 1990 por el dress code del torneo y John McEnroe no asistió, en 1981, a la tradicional cena en honor al campeón, pues decidió irse a su natal Estados Unidos a festejar.
La tradición es tan importante como el torneo en sí , indica Nigel Billen, editor de la revista ACE Tennis.
Recientemente, personalidades como Venus Williams y María Sharapova se han manifestado en contra, pero nada termina con la tradición.
Es así que empresas como Nike o Adidas crearon una colección especial de Wimbledon para sus tenistas. Todo de blanco perfecto. Para este 2013, ya se han anunciado las de Rafael Nadal, Venus Williams, Roger Federer, María Sharapova, Juan Martín del Potro, Li Na.
Todo aquel jugador que aparezca vestido en la cancha de una forma que no sea la apropiada podría ser expulsado por el comité del All England Club , detalla el reglamento oficial del torneo. La etiqueta: lujo y glamour es una dictadura que no está a debate, nunca lo estará.
rgs