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Mujer con pájaros en la cabeza: Graciela Iturbide
El MAM exhibe una retrospectiva completa que abarca 40 años de trabajo, desde sus inicios al lado de su maestro Manuel Álvarez Bravo.

En 2008 el Centro de la Imagen tuvo a bien darle a Graciela Iturbide (México DF, 1942) su primera pequeña retrospectiva. Era realmente pequeña (apenas unas 50 fotografías) aunque llenaba y hacía rebosar Centro de la Imagen. Pequeña porque la obra de Iturbide es extensa, enorme, incontenible.
Aquella retrospectiva estaba incompleta porque por aquella época las fotografías de Iturbide empezaron a cotizarse de manera espectacular en el mercado. La mayor parte de su trabajo estaba ya en manos privadas.
Hoy gracias a una excelente colaboración entre el sector público y el privado podemos tener al fin la retrospectiva completa de la obra de Graciela Iturbide, sin duda la fotógrafa mexicana más importante de nuestros días.
En el Museo de Arte Moderno, con la colaboración de la Fundación Mapfre (dueña de la mayor parte de las piezas) se presenta al fin la retrospectiva completa de Graciela Iturbide.
La exposición abarca 40 años de trabajo, desde sus inicios al lado de su maestro Manuel Álvarez Bravo hasta trabajos tan recientes como el ensayo que hizo alrededor de los espacios más personales de Frida Kahlo ("El baño de Frida") entre 2004 y 2008.
Al estilo de Álvarez Bravo, a Iturbide le gusta que su cámara sea como un caminante que registra, observa, pero no interviene. Muy pocas, casi ninguna, de las fotografías se notan armadas de antemano.
Iturbide deja volar su mirada por encima de las cosas y de las personas, sin discriminación. Es muy afortunada por eso la decisión de la curadora Marta Dahó de armar los ocho módulos temáticos: uno puede ver que cierta continuidad que no es en temas sino en obsesiones, en ángulos, en personajes.
El panorama puede ser Juchitán o India, los protagonistas pueden ser los indios seris del desierto de Sonora o los mixtecos haciendo sacrificios rituales. No importa, porque lo que los unifica es la mirada de Iturbide.
Iturbide tiene obsesiones visuales muy notables. Una de ellas son las aves, que en parecen seguir al visitante durante todo el recorrido de los ocho módulos temáticos de la exposición. Los pájaros de Iturbide vuelan de foto en foto, pasan de volar sobre El señor de los pájaros a señalar el sitio donde Iturbide se encontró un saco de hombre colgado de las ramas de un árbol seco en algún ligar de la India.
Otra de las fijaciones de la fotógrafa son los rituales mortuorios, a los que hay dedicada toda una sala de imágenes. Algo en la mirada de Iturbide es avieso. Hay una clara fruición en la búsqueda de la imagen que mejor captura la fragilidad de la vida y la muerte como un hecho inexorable.
Cuando un artista es capaz de moldear de tal manera la realidad que es posible sentir que en el momento de ver la obra artista y espectador comparten la misma visión, sin duda uno está frente a un gran maestro. Ese acto conmovedor logra Graciela Iturbide: llenarnos de pájaros la cabeza.
Museo de Arte Moderno
Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec. Martes a domingo de 10 de la mañana a 5 de la tarde. Admisión: $22. Entrada libre para estudiantes, profesores y personas con credencial de INAPAM.
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