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Los mercados agrícolas y sus vectores
China y Estados Unidos acuerdan un intercambio más fluido de commodities y se habla de un intercambio de soya en corto plazo, al menos 12 millones de toneladas. La pregunta es si en realidad eso representa consumo o simplemente un cambio de lugar de almacenaje
Desde agosto el precio del maíz no ha dejado de subir. Foto: Reuters
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Gusto en saludarte y si me permites, vamos de lleno al contenido puntual de la presente nota.
¿Cuántas veces has escuchado hablar de la demanda? ¿Cuántas veces has escuchado sobre oferta? ¿Cuántas más has escuchado que donde ambas puntas chocan se forma un precio?
Bueno pues si lo anterior es cierto, el análisis sobre commodities seria muy lineal y sencillo. Solo bastaría asegurar una fuente de información confiable y constante para hacer proyecciones de precio y listo.
La realidad supera a la teoría, y en ese delgado espacio existe una red de variables de más detalle y lógicamente de más respeto.
Permíteme mostrar un ejemplo práctico. Estados Unidos en teoría está por terminar de cosechar un récord productivo de maíz. Desde agosto los analistas han estado proyectando la madre de todas las cosechas, y lógicamente si dejamos en evidencia dicho récord productivo restándole la demanda conocida, los inventarios finales resultan notablemente abultados.
Las grandes cosechas siempre se acompañan de grandes consumos. Esa es una condición lógica derivada de que la gran existencia derriba precios y los bajos precios encuentran demanda, o al menos la incentivan.
Sin embargo, cómo explicamos que en la teoría los inventarios crecen, ¿los abastos son sobrados y los precios terminan subiendo? ¿Será que súbitamente la demanda creció? Desde el reporte de oferta y demanda del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) en agosto donde se pronosticó una producción inimaginable y hasta la fecha, el maíz en Chicago no ha dejado de subir.
Alguien nos miente al parecer. O tal vez no nos miente nadie y lo que nos falta aun hacer es un análisis mas detallado.
Intentemos presentar la siguiente teoría si me permites. Demanda y consumo no es lo mismo. Como ejemplo piensa lo que sucedía en los tiempos de la pandemia, por la razón que gustes, súbitamente se generó una demanda súbita por papel higiénico, misma que no derivó en consumo; en los supermercados se hizo un shock de demanda, pero en simples términos solo se cambió el sitio de almacenaje. La demanda no siempre deriva en consumo, o en uso.
Caso presente. China y Estados Unidos acuerdan un intercambio más fluido de commodities y se habla de un intercambio de soya en corto plazo, al menos 12 millones de toneladas.
La pregunta es si en realidad eso representa consumo o simplemente un cambio de lugar de almacenaje.
Los márgenes de molienda en China no son positivos, y los consumos reales de las proteínas varias a nivel menudeo tampoco son nada agresivos.
El mercado ha intentado ponerles precio a estos shocks de “demanda” sin profundizar si esto realmente detona en el consumo.
En el caso de la soya norteamericana, China le sigue cobrando 10% de arancel, lo cual imita a los operadores privados en China que pueden originar más barato en otras regiones.
Finalmente tenemos que tocar la segunda arista para el prudente análisis de mercado. Lo que existe no es igual a lo que está disponible.
Parece obvio, pero si bien las existencias de maíz están sobradas en términos teóricos, hay maíz retenido que no juega de momento en el circuito comercial, digamos de manera simplista que el almacenista lo guarda bajo llave y no piensa venderlo, a menos que se lo lleguen a arrebatar a billetazos.
Las razones de retención son varias, y depende todo de la economía agrícola a nivel local.
El espacio es corto en esta columna para expandir y explicar, pero solo guarda la esencia de lo anterior para explicar el por qué aun cuando aparentemente sobra, la disponibilidad real no es compatible con el presente.
Quedaría hacer un resumen de lo que sucede a nivel macro, pero como dije antes, el espacio es corto y tu tiempo de atención limitado, con lo cual, no me resta más que saludarte, desearte éxito, y preguntar si en eso de la administración de riesgos estás en buenas manos.
Ánimo.