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Opinión

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Una larga jornada … y lo que sigue

Para miles de personas funcionarias de casilla, representantes de partido, observadoras independientes y capacitadoras del INE, el domingo 2 de junio fue un día muy largo. La responsabilidad de recibir y contar los votos, publicar los resultados y entregar las actas es a la vez un privilegio y una carga pesada que merece reconocerse. Por eso, son deplorables los actos de violencia que incluso cobraron vidas y las presiones que, en algunas zonas, ensuciaron el proceso. También es frustrante que, apenas cerradas las casillas, el presidente de Morena haya hecho declaraciones triunfales y que dos medios ni siquiera esperaran resultados confiables para declarar ganadora. Aun cuando los resultados coincidan con tales anuncios, es una falta de respeto a la ciudadanía y a quienes estaban apenas contando votos, sobre todo cuando la votación fue copiosa y muchos resultados sólo se publicaron después de medianoche.  

Para muchos el triunfo de Claudia Sheinbaum es motivo de fiesta; para otros muchos, de desesperanza. En redes sociales ya se percibe soberbia y encono de quienes se sienten ganadores, actitudes que en una democracia deberían quedar atrás. Por eso, antes de que se olvide esta jornada, quisiera reconocer a quienes, en la casilla donde fui observadora, demostraron que en este país se puede ser responsable y mesurado. Pese al cansancio y a saber ya la tendencia de la votación, los funcionarios/as contaron y recontaron votos hasta cuadrar las cifras, en una casilla con 70% de participación. Las y los representantes de partidos contrarios crearon una atmósfera de cordialidad hasta el final. Diferencias de clase e ideología aparte, el objetivo era hacer bien el trabajo.  

Como siempre algo puede mejorarse, sería conveniente que el INE (si subsiste como tal) revisara su reglamento ya que media hora para instalar una casilla no parece suficiente. En este caso se abrió a las 8:45 cuando había fila desde las 7:30 de la mañana. La larga espera provocó tensiones cuando se dejó pasar primero a personas mayores, en una zona donde hay muchas. Hace falta mayor empatía hacia quienes, con muchos años y achaques a cuestas, hicieron el esfuerzo de desplazarse. Dejó que desear asimismo la capacitación de funcionarios/as pues en varios momentos tuvieron que consultar a las supervisoras del INE, que iban y venían sin perder la calma. ¿Qué sucedió donde no había capacitadoras suficientes? Aunque parezca mentira, también habría que explicar mejor cómo se vota. Esa es quizá más responsabilidad ciudadana que institucional pero el hecho que no todos saben cómo expresar su voluntad en la boleta. Para una mejor democracia, la educación cívica básica es indispensable. 

Lo que sigue... 

Analizar los resultados de esta elección es una tarea indispensable, y no sólo para los partidos de oposición, las encuestadoras y los “especialistas”. ¿Por qué arrasó la coalición oficial ¿Qué llevó a Sheinbaum a tener quizá más respaldo que el presidente ¿Qué sucedió en zonas donde opera el crimen organizado? ¿Cómo pudo Nahle ganar Veracruz? ¿Fue una elección de Estado? ¿En qué falló la coalición opositora? ¿Cómo obtuvo Máynez el 10% de la votación? ¿Nos representa este sistema de partidos? ¿Qué sigue para la ciudadanía crítica? ¿Qué sigue para las mujeres organizadas y feministas críticas que se han sentido defraudadas por este gobierno y, en la capital, han chocado con Sheinbaum?   

En su discurso del domingo, Claudia Sheinbaum habló de pluralidad y democracia. Pero también ofreció “consolidar a la Guardia Nacional” y alabó a un presidente cuyo gobierno no ha beneficiado a las mujeres. Sabemos que ser mujer no equivale a comprometerse con las causas de éstas. Sin embargo, ser la primera presidenta de México exige no sólo reconocer sino honrar las luchas históricas y contemporáneas de las mujeres pasadas. Ojalá así lo entienda la futura presidenta y modifique su visión política, que presagia más de lo mismo. Sin duda, muchas jóvenes y feministas críticas así lo demandarán. 

Es profesora de literatura y género y crítica cultural. Doctora en literatura hispanoamericana por la Universidad de Chicago (1996), con maestría en historia por la misma Universidad (1988) y licenciatura en ciencias sociales (ITAM, 1986).

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