Mariposas monarcas amenazadas por sequía

Para las mariposas monarca, la vida es bastante complicada aún en un buen año. Esta temporada, además de todo, deberán sobrevivir a Texas.

En semanas recientes, las monarcas iniciaron su peregrinaje anual desde el este de América del Norte, en su acostumbrada dirección suroeste, volando a 300 metros sobre la superficie y cubriendo unos 50 kilómetros diarios.

Este fin de semana llegaron a una enorme zona de Texas, devastada por la sequía y los incendios forestales.

Las mariposas van camino a México. Vienen de puntos tan distantes al norte como Winnipeg y tan lejos hacia el este como las islas del estado de Maine. Muchas se apegan a una ruta establecida a lo largo de la costa atlántica de Estados Unidos hasta la costa del Golfo de México, que eventualmente las llevará a atravesar Texas.

Si logran superar el páramo texano, cruzarán la frontera y se reunirán en un bosque de pinos de oyamel en el estado de Michoacán, a unos 175 kilómetros de la ciudad de México, donde hibernarán para dirigirse de nuevo hacia el norte en la primavera.

Sin embargo, no queda claro cuántas llegarán este año a su refugio mexicano ni las condiciones en que estarán las que logren llegar.

Necesitan agua, flores y néctar. La mariposa monarca es una especie resistente y vigorosa, pero los factores de su naturaleza que le obligan a migrar a México no toleran mucha flexibilidad en el itinerario. El atravesar Texas camino hacia México es lo que la naturaleza programó. Pero este año, Texas está chamuscado.

Van a encontrar 1,000 millas de infierno cuando atraviesen un entorno sin agua, sin flores y sin néctar , dice Chip Taylor, un ecologista especializado en insectos en la Universidad de Kansas y director de la organización Monarch Watch, dedicada a vigilar a las monarcas.

Según los expertos, este año registrará la migración más baja de monarcas de la historia. De 1994 al 2003, las mariposas en el invierno cubrían un promedio de 9.3 hectáreas, pero desde entonces el promedio ha caído a menos de 4.45 hectáreas.

Normalmente, las mariposas llegan a su santuario de hibernación en Michoacán, gordas y felices tras haberse llenado de néctar durante miles de kilómetros. Si llegan delgadas y mal nutridas, muchas no podrán soportar las tormentas y bajas temperaturas del invierno.

Según Lincoln Brower, profesor de Biología de la Universidad Sweet Brier College en el estado de Virgina y quien lleva décadas de estudiar a las monarcas, la especie en sí no está en peligro de extinción, pero sí lo está su biología migratoria, que sigue siendo un misterio para la ciencia.