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Para que los mercados funcionen, muchos deben hacer su chamba: Alejandra Palacios

En el caso del gas LP, está bien que la CRE denuncie, pero hay que corregir factores estructurales, afirma Palacios: “No rehúyo mi responsabilidad, sólo quiero enfatizar que la responsabilidad es conjunta”.

Alejandra Palacios habla claro y por momentos parece ruda: “Me parece muy bien que la CRE nos haya pedido intervenir en el tema de las gaseras. Pero es muy importante que la Comisión Reguladora de Energía no diga: ‘yo ya hice mi parte, ya presenté la denuncia’; debemos trabajar juntos para componer las cosas que no funcionan en los mercados”.

A la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) corresponde vigilar las conductas de los agentes económicos: determinar si hay acuerdos indebidos para fijar precios, por ejemplo. A otras agencias reguladoras les toca evaluar las condiciones estructurales y definir cómo se resolverán estas limitaciones, explica su presidenta. “En el caso del gas, es claro que el comportamiento del mercado tiene que ver tanto con la conducta de las empresas como con la dotación de infraestructura: es 10 veces más barato transportar el gas por ductos, pero se mueve de otra manera. Esto obliga a revisar qué pasa con el uso de los ductos de Pemex, con el transporte en barco, en el almacenamiento, el transporte en pipas.

“No rehúyo mi responsabilidad, sólo quiero enfatizar que la responsabilidad es conjunta”, dice Palacios. La investigación de posibles prácticas de colusión en el mercado del gas licuado de petróleo (LP) es sólo una de las 30 investigaciones que tiene en marcha la Cofece. Una investigación puede tardarse hasta 600 días. “Uno de nuestros retos es hacer más rápido las investigaciones”, reconoce Palacios, “otro es mejorar la calidad del diálogo con otros reguladores y agencias de gobierno: componer un mercado que no funciona requiere que todos hagamos nuestra chamba”.

Alejandra Palacios Prieto ha estado al frente de la Cofece desde el 2013. Las atribuciones de la Cofece fueron reforzadas con una nueva ley de competencia económica que fue aprobada en abril del 2014. “La autonomía y las atribuciones me permiten decir cosas, es verdad, pero también es un asunto de personalidad. Soy echada para adelante”, afirma.  “Nuestro trabajo no tiene por qué ser agradable para otros. Somos una cuña que puede incomodar a los empresarios y también a algunas autoridades y a otros reguladores (...) Me preguntan si tengo enemigos y apoyos constantes. Esto depende del tema. Lo único que es constante es que les caemos mal cuando señalamos cosas que no han hecho. El regulador bancario nos hizo saber que no le gustaba que nos metiéramos en su terreno cuando hicimos una investigación sobre el mercado de bonos (notificada en el 2017). Esto nos ha pasado con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), pero también con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) y con la CRE”.

Las 30 investigaciones tienen a la Cofece al límite de sus capacidades, reconoce su presidenta, pero la agenda no se detendrá por el final del sexenio, “hay mucho que hacer para que avance la agenda de competencia económica, entre otras cosas es importante que la población sepa qué es la competencia y cómo afecta su vida la ausencia de ella (...) En este país, cuando uno trata de entender por qué los mercados están tan concentrados o tienen estructuras poco competitivas, la explicación cabe en tres hipótesis: nunca hubo regulación; sí hubo regulación, pero era inadecuada, o, tres, hubo regulación correcta, pero nunca se aplicó como debería”.

Dos ejemplos vienen a la conversación: “Tienes una ley que dice que debes sancionar a cualquier aerolínea que no use los slots de manera correcta, pero en los últimos 20 años no ha habido una sola sanción por ese motivo (...) Tienes otra ley que dice que Pemex está obligado a transparentar el costo de la molécula, el costo del transporte y el costo del almacenaje. No lo hace, pero la CRE no lo obliga”, expone. Un poco para balancear, Palacios Prieto pone un caso donde una decisión del regulador sectorial ha servido para detonar la competencia. El convenio de cielos abiertos entre México y Estados Unidos modificó una situación en la que sólo dos aerolíneas mexicanas y dos estadounidenses podían volar en algunas rutas con gran demanda, por ejemplo, México-Nueva York, “allí hubo coordinación, pero sobre todo voluntad del regulador sectorial. Cuando la señal es tan clara desde la autoridad, se inyecta competencia al mercado, se diluye el riesgo de colusión”.

Alejandra Palacios fue reelecta en septiembre del 2017 para un segundo periodo de cuatro años, al hacer un balance de su gestión, expresa su orgullo por el control de procesos, “eso sirve para muchas cosas; entre otras, permite evitar la corrupción (...) eso es muy fácil. Lo más importante es saber decir No, por supuesto que hay reglas muy estrictas de contacto entre nuestra gente y los agentes económicos investigados (...) de verdad que es fácil: si dices No una vez, con firmeza, ya no insisten”.

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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