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Sin apoyo de los estados, no hay solución al rezago habitacional: Conorevi

Institutos estatales advierten retos si no se articulan visiones en los tres órdenes gubernamentales

Viviendas en AguascalientesEspecial

El programa Vivienda para el Bienestar, que busca construir 1.2 millones de hogares durante el sexenio, enfrenta retos significativos si no se fortalece la coordinación con los gobiernos de los estados, advirtió Manuel Martín Fonseca Altamirano, presidente del Consejo Nacional de Organismos Estatales de Vivienda (Conorevi).

Según Fonseca Altamirano, los institutos locales fueron marginados durante años de la política nacional y operaron con presupuestos reducidos y sin acceso a subsidios. Actualmente, aunque se han reactivado las mesas de trabajo con el gobierno federal, muchas de sus propuestas aún no se ven reflejadas en la operación del programa.

“El papel de los organismos estatales es clave porque somos quienes conocemos la demanda real, las zonas viables para desarrollo y los problemas del territorio”, afirmó. En ese sentido, destacó que los estados pueden aportar predios urbanizados, infraestructura básica y diagnósticos locales que permitan evitar errores del pasado, como construir viviendas en zonas sin servicios o con alta probabilidad de abandono.

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la política habitacional dio un giro respecto a gobiernos anteriores, ya que la entrega de subsidios para vivienda se concentró en acciones de mejoramiento, cuando anteriormente estos apoyos se acompañaban para la compra de vivienda.

Uno de los principales desafíos es el alto costo del suelo en muchas entidades, lo que podría dificultar alcanzar la meta si se agota la reserva pública. Por ello, Conorevi propone adaptar el programa para construir en terrenos propios de familias en situación precaria, lo cual reduciría costos y ampliaría la cobertura.

Además, Fonseca destacó la importancia de sentar a todos los actores involucrados en una misma mesa: municipios, catastros, registros públicos y organismos de regularización. “Sin coordinación, los trámites se encarecen y el avance se ralentiza”, advirtió.

En estados como Nayarit, el presupuesto anual para vivienda es de apenas 25 millones de pesos, frente a un rezago habitacional creciente. Por eso, dijo, es crucial que el programa federal se construya desde el territorio, con una visión descentralizada, colaborativa y sensible a las realidades locales.

“Este programa puede ser exitoso, pero no si se diseña desde el centro sin escuchar a los estados”, concluyó.

Fernando Gutiérrez es editor de EconoHábitat

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