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Arte e Ideas

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Mummenschanz, una compañía legendaria en el FIC

A lo largo de cinco décadas, el proyecto teatral nacido en Suiza ha gestado más de 100 sketches con criaturas creadas a partir de materiales sintéticos, que conmueven y cautivan. Para el escenario Cervantino seleccionaron 30 de los mejores.

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Del alemán, la historia del sustantivo masculino mummenschanz es rica por la transformación de su significado y las variaciones que éste ha ido adquiriendo a lo largo de los años desde el siglo XVI.

Hace 500 años ya se empleaba el término “mummen” para referirse al habla en voz baja e incluso para tararear o murmurar; hablar con poca claridad. En aquel entonces, la palabra comenzó a vincularse con la voluntad de enmascararse a uno mismo hasta ser irreconocible. El mismo término se utilizó para nombrar al juego de dados que era parte de los desfiles de máscaras del carnaval antes de la cuaresma en los territorios de lengua alemana.

El complemento “schanz” deriva de la palabra francesa “chance”, que puede traducirse como oportunidad o suerte.

La compañía Mummenschanz se fundó en Suiza, en 1972. Fueron tres los integrantes fundadores: la joven actriz suiza de ascendencia italiana Floriana Frassetto, quien en 1970 conoció al dúo de actores Bernie Schürch y Andres Bossard, quienes ya hacían en sus presentaciones una especie de mezclas entre la pantomima, improvisación y comedia. Pero fue entre los tres que comenzaron a transformar todas sus piezas habladas en obras silentes, con seres humanos ocultos detrás de otros seres imaginarios.

Al día de hoy, de los tres fundadores sobrevive la actriz Floriana Frassetto, quien es directora de la compañía, acompañada por una nueva camada de jóvenes actores.

Este fin de semana, la compañía suiza concretó una serie de tres presentaciones entre las más esperadas de la edición 51 del Festival Internacional Cervantino (FIC) ante un pletórico Auditorio del Estado, con una capacidad para poco más de 1,800 asistentes.

Seres de cartón y cinta adhesiva

Mummenschanz, ése es el término que mejor puede definir lo que el público pudo presenciar en uno de los escenarios más grandes de “La fiesta del espíritu”, un juego de máscaras, donde la anatomía humana se oculta, en la mayoría de las ocasiones, para anteponer el disfraz, la mimesis con las formas orgánicas, la apología de los animales y otras criaturas inverosímiles: manos descomunales, gigantes inflados con aire, seres tubulares o cúbicos, ojos que flotan, bocas sin rostro… y rostros sin boca; instrumentos musicales vivientes, simples listones que asumen sutiles formas humanas o de serpientes, cardúmenes de peces y algunas medusas pensantes.

Todas estas formas “vivientes” son logradas con materiales meramente sintéticos: el cartón, el velcro, el polietileno, el papel sanitario, las posibilidades de la cinta adhesiva, la bondadosa flexibilidad de las telas y el alambre, para generar símbolos tan universales capaces de diluir las barreras del lenguaje desde el silencio casi absoluto, porque, en todo caso, el lenguaje que termina imponiéndose es el del público, las risas, los gritos, las expresiones de sorpresa y de enternecimiento por las circunstancias en las que se involucran estos seres gestados a lo largo de 50 años de existencia de la compañía, en una irrefrenable complicidad con el público.

Describir la experiencia que Mummenschanz ofrece sobre el escenario siempre va a quedarse corto, porque es un tipo de arte escénico no del todo teatro, no del todo pantomima, no del todo comedia, no necesariamente acción de títeres, cuyos actores miran siempre de frente, porque su actuación silenciosa únicamente ha de complementarse con los sonidos de quienes también se ocultan, cómodos, en la penumbra de las butacas.

Cinco décadas trotando por el mundo

“Un trabajo como el nuestro no tiene sonidos, no tiene palabras, sólo tiene emociones y formas. Es un trabajo fantástico, aunque es difícil dejar a la familia en casa para ir trotando por el mundo”, declaró Floriana Frassetto en conferencia previa a la presentación de la compañía en el Cervantino y dos días después la función en el Palacio de Bellas Artes.

“Durante nuestros más de 50 años hemos creado 108 sketches, pero ahora mismo (para la presentación en el Cervantino y la gira mexicana), tenemos una selección de 30. Fue muy difícil para mí elegir, pero intenté escoger lo más distinto uno del otro y lo que ha tenido más éxito. En México hemos tenido un público en el que se percibe una larga historia y una riqueza cultural. Lo digo porque hay pureza en sus reacciones, una espontaneidad que es preciosa”, reconoce.

“En los años 70, empezamos sin dinero, no teníamos nada. Entonces, Bernie (Schürch) y yo buscábamos por las calles materiales desechados y los limpiábamos, o alguna amistad nos regalaba un metro de tela. Decidimos dar alma a esos materiales. Fue una mezcla entre necesidad y curiosidad”.

La palabra Mummenschanz, amplió la directora de la legendaria compañía, “viene de mimetizarse, como hacen los animales en la naturaleza. Y schanz viene del francés: suerte. Es la suerte de mimetizarse”.

El concepto desde el origen, señaló por último, “es transformar esos materiales de cada día, darles personalidad y contar pequeñas historias en las que cada persona pueda comprender, identificarse y jugar con su propia imaginación. Nosotros no estamos con el dedo diciendo lo que la gente tiene que pensar. Lo dejamos muy abstracto pero simple, joven y poético. Cada persona puede encontrar su mundo en cada acto”.

Mummenschanz

Miembros fundadores:

  • Floriana Frassetto (actual directora)
  • Andres Bossard (fallecido en 1992)
  • Bernie Schürch (se retiró en 2012)
  • Actuales integrantes:
  • Cristina Barrett
  • Kevin Blaser
  • Tess Burla
  • Samuel Muller
  • Sara Lerch
  • Manuel Schunter
  • Eric Saugue
  • Marc Reinhardt

En 1973, Mummenschanz viajó a Estados Unidos para realizar una pequeña gira que terminó convirtiéndose en una estancia de tres años. Ahí explotó la popularidad de la compañía. Entre 1977 y 1980, se presentó en el Teatro Bijou, en Broadway. En 1978 crearon un grupo adjunto como residente en Nueva York. En aquellos años, el grupo fundador actuó en el Show de Johnny Carson y en Plaza Sésamo.

Una probadita de los mundos creados por compañía.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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