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Alianzas de poder

En la Iliada, la magnífica obra de Homero, uno de sus personajes, Tersites, dice: "La guerra es una obsesión de los viejos que envían a los jóvenes a librarla". Eso es lo que estamos observando de Ucrania, jóvenes muriendo para satisfacer el narcisismo de los viejos políticos. De paso la destrucción de un país, su infraestructura, hospitales, escuelas, viviendas. La gente que muere, una tragedia, la que sobrevive y emigra, el infierno de los traumas.
No sabemos sobre la terminación de la guerra. Tampoco se sabe sobre el proceso de reconstrucción del país. Se requerirán cuantiosos recursos, de alrededor de 750,000 millones de dólares, según estimaciones del Presidente Volodimir Zelenski, de Ucrania.
Paralelamente está ocurriendo un reforzamiento de las alianzas de países, producto de intereses globales, del miedo y de que no gobierne el azar.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que por mucho tiempo fue mantenida con respiración artificial, ahora se fortalece y los países más importantes de la alianza tienen programas de inversión para mejorar significativamente su estructura militar defensiva. Con la incorporación de Suecia y Finlandia suman 32 países y otros más que están deseosos de incorporarse como son Ucrania, Georgia, Bosnia y Herzegovina.
Si bien Estados Unidos tiene un papel fundamental en la OTAN, los países europeos ya han asumido la necesidad de desarrollar sus capacidades de poder duro. Desconfian de la consigna de "Estados Unidos primero" de Donald Trump. Esta posición envalentonó a Putin que vio a Europa aislada de Estados Unidos.
La relación del gobierno de Biden con los líderes europeos ahora es más consistente en base a intereses compartidos. También Biden ha reforzado la relación de su país con Israel. Asimismo con Arabia Saudita que vuelve a ser un productor que influye en el mercado petrolero global, al igual que.los Emiratos Árabes Unidos.
Putin después de la invasión a Ucrania está haciendo acercamientos para un frente común militar y político con China, Irán y Turquía, este último si bien es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, tiene una cuidadosa neutralidad con Rusia y Ucrania. Prueba de ello fue su mediación con los gobiernos de Rusia y Ucrania para liberar el trigo ucraniano, 20 millones de toneladas para que pudiera exportarse. Y en la guerra civil siria tanto Rusia como Irán apoyaron a Bashar al-Ásad, a diferencia del gobierno turco que respaldo a fracciones rebeldes que combatieron al régimen de Damasco.
Rusia pretende enviar un mensaje a los países occidentales de que tiene el apoyo de potencias periféricas. Reforzará los lazos comerciales con Irán para aliviarle a este país las consecuencias de las sanciones económicas. También se estima que comprará a Irán centenares de drones que utilizará en la guerra en Ucrania.
