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Política

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López Obrador es un político de confrontación: José Fernández Santillán

Está revelando que no se ha adaptado  al cargo de presidente y sigue en campaña, señala el académico del ITESM.

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El presidente Andrés Manuel López Obrador entiende el poder como una lucha personal para adueñarse de las decisiones sobre los asuntos públicos, “pero al mismo tiempo está debilitando al gobierno que nos costó tanto trabajo construir desde la época de la posrevolución”, asegura José Fernández Santillán.

La confrontación provocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador con los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox es una muestra de que se trata de un político que necesita estar buscando conflictos, lo grave es que con un presidente así el país corre el riesgo de caer en la ingobernabilidad, aseveró José Fernández Santillán.

En entrevista, el discípulo del filósofo italiano Norberto Bobbio, de quien ha traducido diversos libros, explicó que el ahora jefe del Ejecutivo federal fue un político que siempre atrajo la atención creando problemas y ahora que se encuentra en la Presidencia, parece que no termina de adaptarse al cargo y la investidura.

No se da cuenta de que en la Presidencia de la república no se crean problemas, sino que se resuelven. “Sigue provocando conflictos al grado de que a diario se enfrenta, insulta, calumnia a personas y empresas”, expresó.

Desde su perspectiva, por eso creó problemas como el originado a raíz del anuncio de que cancelaría la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, luego la forma en que operó la comunicación de las acciones contra el robo de combustible de Pemex. “Lo pudo haber enfrentado sin tantos bombos y platillos, pero por la forma en que lo hizo, el asunto ahora se está transformando”.

En ese estilo de gobernar, añadió el académico, llegó a la confrontación con los expresidentes, pero el problema es que está metido gratuitamente en demasiados líos, cuando el presidente debe tener una actitud de conciliación, de decoro, de jefe de Estado, no de buscapleitos.

En ese sentido, destacó que el presidente, aunque dice que no va a entrar en polémicas y que no va a caer en provocaciones, el asunto es que él ha provocado esos conflictos que le han acarreado abrir muchos frentes en muy poco tiempo.

Para el académico del Tecnológico de Monterrey, el titular del Ejecutivo Federal no necesita recurrir a ese tipo de confrontaciones porque llegó a la presidencia con un bono democrático que le dio el hecho de lograr una victoria holgada. “No necesita actuar para la tribuna, además tiene el respaldo del poder Legislativo”.

Por ello, insistió, lo que está revelando es que no se ha adaptado al cargo de presidente y sigue en campaña.

AMLO siempre requerirá de un contrincante

El también doctor en historia por la Universidad de Turín explicó que hay dos tipos de políticos: los de conciliación y los de confrontación, y definitivamente Andrés Manuel López Obrador es un político de confrontación.

Por esa condición, siempre necesita tener un contrincante porque su carácter es ese y no va a cambiar.

“Eso es muy peligroso porque la institución presidencial en México es una institución que necesita ver por el país, por los intereses generales y no por intereses particulares y él está más metido en los callejones buscando pleitos que viendo por el conjunto de la relación”, expuso.

Eso es lamentable y en eso muestra su pequeñez, muestra sus limitaciones de carácter, que es un tipo que no se puede controlar; es un tipo que fácilmente va al choque y él mismo lo provoca, manifestó.

Fernández Santillán llamó la atención en que esta actitud beligerante también es repetida entre los ciudadanos que son lopezobradoristas y los que no, lo que está provocando no sólo una escisión política, sino un desgarramiento del tejido social.

Además, comentó que esta polarización puede escalar. “Apenas son dos meses de gobierno y ya los mexicanos estamos confrontados peor que durante las campañas”.

Dijo que eso no sólo está repercutiendo a nivel político, sino a nivel económico al generar incertidumbre entre los inversionistas que son muy sensibles a este tipo de indicadores.

Asimismo, consideró que el presidente busca la cuarta transformación del país sin un mapa de navegación.

diego.badillo@eleconomista.mx

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